Futuro incierto para ganaderos ante prolongada sequía y falta de apoyos federales: AG

El sector ganadero de la región enfrenta un futuro complicado debido a la insuficiencia de lluvias que se registraron este año, lo que ha afectado gravemente los agostaderos y abrevaderos naturales. Según Fidencio Loya, gerente de la Asociación Ganadera, las lluvias caídas durante la temporada no fueron suficientes para la recuperación total de estas áreas, y se estima que solo podrán mantenerse durante dos o tres meses más.
En este sentido, el líder ganadero puntualizó que después de ese periodo, los productores tendrán que invertir en suplementos alimenticios para el ganado, lo que incrementará considerablemente los costos de producción, afectando al sector.
Loya señaló que la situación no solo afecta a la región sur, sino también a todo el estado. Las principales presas de la entidad, como La Boquilla y Las Vírgenes, presentan niveles preocupantemente bajos, con una capacidad de almacenamiento del 16 por ciento y 14 por ciento, respectivamente. “Se necesitaría prácticamente un milagro para que las presas se recuperen en lo que resta del año o a principios del próximo”, afirmó el representante ganadero.
En cuanto a las lluvias, Loya explicó que en la región sur del estado solo se recibieron entre un 40 y un 60 por ciento de las precipitaciones que normalmente se esperan. Esta situación garantiza la subsistencia de los agostaderos únicamente hasta diciembre, lo que representa un grave problema para los ganaderos, ya que incrementa los gastos en alimentación y cuidados del ganado.
Además de la sequía física, Loya destacó otro problema que agrava la situación: la falta de apoyo por parte del Gobierno Federal. “Son dos tipos de sequía los que enfrentamos, la falta de lluvias y la falta de voluntad del gobierno de la Cuarta Transformación para apoyar al sector ganadero”, expresó.
Ante esta preocupante situación, según Loya, aseveró que esta incertidumbre está afectando la inversión en el sector, lo que podría llevar a la venta masiva de vientres de ganado, algo que ha venido ocurriendo desde 2019 con la prolongada sequía, lo que ha generado que el hato ganadero haya disminuido en un 40 por ciento en dicho periodo.