Alistan la siembra de chile en Jiménez; supera las cien mil toneladas al año

Con 100 mil toneladas de chile jalapeño y serrano producidas al año, la región de Jiménez busca ser tan competitiva como sus pares de Delicias y Torreón a nivel nacional. Para el titular de la Sader en el Distrito Río Florido, Roberto Baca, este cultivo se ha mantenido rentable en la zona gracias a la explotación de pozos que permitieron superar la sequía sin disminuir la superficie sembrada de mil hectáreas, donde la mitad está comprometida con empresas de enlatados como Herdez y La Costeña, el 30% se venderá en el mercado local y en el estado de Guerrero y el resto se destinará a la elaboración de chile árbol y chipotle.
Jiménez alberga uno de los centros agrícolas que aportan mercancía al mercado nacional y que remunera a los productores sumas de dinero por sus productos. El distrito comprende tres municipios, siendo, además, Coronado y López, aunque también aportan porcentualmente las localidades del Valle de Allende. Este distrito es también una fuente de empleo para cientos de jornaleros que llegan a la ciudad provenientes de Guachochi y otros lugares de la Sierra Tarahumara, además, también llegan desde Guerrero y el centro del país en busca del alimento y el sustento del hogar.
En el distrito se tienen mil hectáreas para la producción de chile y sus variantes, aunque los campos de cultivo también son aprovechados para sembrar otras especies como la cebolla, el maíz y calabaza. Sin embargo, la siembra de chile es llamativa debido a la cantidad que se produce durante el ciclo agrícola y los ingresos que dejan.
De acuerdo a la información de Roberto Baca, representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el distrito, las mil hectáreas producen el chile para diferentes clientes, por ejemplo, se establece que el 30% es dirigido a las empresas grandes de México como lo son Herdez y La Costeña, el 50% es para el consumo directo (es decir, que se vende al mayoreo y menudeo en mercados del centro del país), mientras que el porcentaje restante se deja para convertirlo en chile colorado o chipotle.
El reportaje fue hecho para esta Casa Editorial y se añaden testimonios del funcionario federal con el objetivo de dimensionar el negocio de la producción de chile, los retos que enfrenta desde el campo chihuahuense y los costos, además, de cómo afecta la sequía.
Desde el jalapeño hasta el serrano
Los campos de cultivo de Jiménez y su distrito agrícola están distribuidos de forma estratégica para aprovechar los pozos acuáticos y los mantos acuíferos extendidos por el subsuelo; principalmente están ubicados en las afueras de la ciudad de Jiménez y en la carretera rumbo a Parral pueden apreciarse con una vista panorámica hacia el horizonte. En este sentido, las condiciones climáticas y el ecosistema de la vieja Huejoquilla ha permitido a los agricultores tener siembra y cosecha durante el periodo establecido aprovechando los recursos naturales de los que disponen.
En este sentido, el comisionado de la Sader en el distrito Jiménez, Roberto Baca, informó que se tiene el registro de la existencia de 400 productores de chile en las tres localidades y un total de mil hectáreas para la siembra y cosecha de este vegetal en específico. Y aunque se siembra de forma general, no tienen el mismo futuro, ya que existen compromisos con empresas industriales que exigen que el 30% se les venda para la producción de sus productos enlatados.
En el distrito agrícola Jiménez se da el cultivo y cosecha de este vegetal en las diferentes presentaciones: los que son a cielo abierto como el serrano, el jalapeño y el árbol, mientras que tienen también en invernaderos como el habanero. Cabe mencionar que este último es producido por la minoría de los agricultores y su área principal ha sido cerca de Escalón, el seccional ubicado rumbo a Torreón, a una hora de la cabecera municipal.
La producción de chile es vasta en el terreno jimenense al reportarse mil hectáreas para su siembra. Los miles de kilómetros de tierra son aprovechados durante el transcurso del año para generar la siembra, aunque no toda se trata con los mismos compromisos. De acuerdo a la información, el 50% de las hectáreas producen los vegetales que serán comercializados al mercado directo, es decir, tiendas de abastecimiento, supermercados y áreas de venta al por mayor y menudeo.
Baca informó que como mercado directo los camiones cargados salen desde Jiménez con mercancía directa hacia Monterrey, Nuevo León; Puebla, Guerrero, Jalisco, entre otros con el sello de haberse creado en la tierra del estado grande.
Mientras tanto, el 30% de las hectáreas donde se produce el chile en Jiménez son comprometidas al contrato con enlatadoras industriales como Herdez y La Costeña quienes, de acuerdo al convenio con los productores, tienen marcadas las toneladas que deben de generar al año y el pago, mismo que no es fluctuante, sino fijo pese a los retos que puedan enfrentarse. Finalmente, agregó que el resto, es decir, el 20% de las mil hectáreas de Jiménez, son para el chile colorado y el chipotle debido a la naturaleza.
Roberto Baca afirmó que los productores se enfrentan de manera directa a los distritos agrícolas de Delicias y Torreón, siendo estos su competencia principal. Sin embargo, refirió que las autoridades agrícolas impulsan apoyos como la entrega gratuita de fertilizantes a los productores a fin de que tengan una salida ante la situación climática actual y tener fortalezas ante la competencia.

Producción de más de cien mil toneladas de chile al año
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el distrito Jiménez informó que, como se mencionaba anteriormente, existen mil hectáreas para la producción de chile en los tres municipios que lo conforman (Jiménez, Coronado y López), de los cuales, se producen las variables del chile como el jalapeño, serrano, árbol, habanero, chipotle, colorado, chiltepín, entre otros. Asimismo, mediante acuerdos comerciales con empresas de México como Herdez y La Costeña, se catapultan en la producción para cumplir con los compromisos del contrato industrial.
Roberto Baca informó que, de las mil hectáreas, 500 son utilizadas para la siembra y cosecha del chile que va directo al consumo nacional, es decir, que se vende en mercado de abastos, supermercados y puntos estratégicos de venta en diversos estados del país como Nuevo León, Jalisco y Puebla. La información refiere que, por cada hectárea, los jornaleros obtienen hasta 60 toneladas de producto y es comprado en un costo promedio que fluctúa entre los 5 y 6 mil pesos por cada tonelada.
En segundo lugar, aparece el comercio de la industria de enlatados: para este segmento de clientes, los productores de Jiménez disponen de 300 hectáreas de campo distribuidas en diferentes puntos ubicados en las afueras de la ciudad. Por cada diez mil metros cuadrados de cosecha de chile se logra obtener hasta 40 toneladas del vegetal, aunque el costo de compra es fijo y no tiene factores que incrementen o disminuyan su precio.
Según explicó Roberto Baca, algunos productores tienen compromisos comerciales con empresas como Herdez y La Costeña quienes mediante un contrato se obliga a los campesinos a entregar cierto número de toneladas a cambio de un pago fijo, mismo que puede ser de 7 a 8 mil pesos por tonelada. Es necesario destacar que, al haber un acuerdo comercial, los trabajadores del campo están obligados a entregar la cantidad de producto establecida en el convenio sin importar las condiciones del clima o incluso, la sequía.
Finalmente, 200 hectáreas del total que existen en el distrito Jiménez son utilizadas para la siembra de chile que será rojo o chipotle, es decir, que se deja hasta el final y por cada hectárea se puede obtener hasta tres toneladas y cada una con valor comercial de 8 o 9 mil pesos.
La generación de empleos y el reto al medio ambiente
Sin duda, los campos de Jiménez necesitan de jornaleros, es decir, aquellas personas que se dedican tanto a sembrar como a cosechar, y de acuerdo a la información, además de los 400 productores que existen, cada mes arriban a Jiménez cientos de campesinos que buscan un espacio dentro del campo para trabajarlo buscando el sustento del hogar. Baca informó que el pago es volátil, sin embargo, señaló que pudieran recibir un pago de hasta 300 pesos al día, o bien, ser remunerados conforme a lo que cosechen.
Los jornaleros son personas que provienen principalmente de la Sierra Tarahumara como Guachochi y Guadalupe y Calvo, quienes tienen una proyección de las fechas en que pueden ser empleados en Jiménez y se trasladan hasta esta ciudad. Además, el Gobierno Municipal encabezado por Francisco Muñoz, les habilitó un albergue exclusivo en donde pueden pasar los días de trabajo y llevarse a la familia.
Este espacio está diseñado para albergar hasta 90 personas y es exclusivo para campesinos rarámuri en donde tienen acceso a los alimentos diarios, un espacio para descansar y para el caso de los menores, una escuela cercana para que reciban los conocimientos de primaria y secundaria sin que les falte atención médica y demás.
Por otra parte, Roberto Baca de la Sader, informó que, aunque las condiciones climáticas en todo el estado han sido críticas, aún no se refleja como un riesgo o como crisis en el poblado de Jiménez, Coronado y López, pues afirmó que cuentan con pozos y mantos acuíferos subterráneos que dotan de suficiente agua a los campos, mismos que han implementado mecanismos para el ahorro del vital líquido y para que tengan mayor aprovechamiento.
Sin embargo, el entrevistado explicó que no pueden ser omisos a las condiciones anormales que se presentan, pues dijo que en los últimos tres años no se han presentado lluvias que sean suficientes para rellenar al cien por ciento los pozos y mantos acuíferos, y que, aunque todavía no se considera una emergencia crítica por la sequía, pudiera presentarse dentro de cinco años.
Según explicó, las fuentes del vital líquido tienen recurso para varios años más, pero de seguir con esta tendencia en donde ya se han secado cuatro pozos, existe el riesgo de que en cinco o diez años todos lleguen a un nivel crítico en donde ya no puedan ser útiles para la producción agrícola.