Advierten que la privatización de la inspección de carne en Nueva Zelanda podría ocasionar problemas de seguridad alimentaria

En la actualidad hay en el país 650 inspectores oficiales que trabajan en 65 plantas cárnicas del país oceánico pero podrían ser despedidos muchos de ellos o verse obligados a trabajar con sueldos más bajos y peores condiciones.
“Se trata de privatizar un servicio confiable y valioso que garantiza que los consumidores de Nueva Zelanda puedan comprar carne segura y de alta calidad con confianza”, dijo Fleur Fitzsimons, Secretaria Nacional de la Asociación de Servicio Público Te Pūkenga Here Tikanga Mahi.
“El trabajo de los inspectores de carne garantiza que se identifiquen enfermedades y defectos en los productos y que la carne sea apta para el consumo humano. Los inspectores de carne independientes son más rigurosos porque no tienen ningún interés personal en el producto final y no escatiman esfuerzos para aumentar las ganancias de la empresa. Nuestros mercados extranjeros y nuestros consumidores locales saldrán perdiendo si perdemos la independencia de nuestros servicios de inspección de carne”, apunta la responsable sindical.