Difícil panorama enfrentan productores de maíz
México rompió récord de importaciones de maíz el año pasado desde Estados Unidos, pero queda claro que ni con mucho podría nuestro país sustituir la demanda de China
Arrancamos el 2024 y el panorama para los productores de maíz de nuestro país se sigue viendo extremadamente complicado por precios que han venido cayendo fuerte en el mercado internacional, como consecuencia de una baja demanda, una gran oferta de nuestro vecino del norte, un tipo de cambio fuerte y una competencia feroz de los países productores de Sudamérica que ha provocado que se incrementen los inventarios en Estados Unidos.
A lo anterior, habría que sumar elevados costos de producción que en muchos casos ha significado que nuestros productores se queden sin margen alguno, conflictos geopolíticos y que éste es un año de elecciones presidenciales tanto en Estados Unidos como en México.
El año pasado, el precio del maíz a plazo de julio, que cotiza en la Bolsa de Chicago, que es el que utilizan como referencia nuestros productores de maíz de Sinaloa para comercializar su grano del ciclo Otoño-Invierno, tuvo una espectacular caída del 20.35% a lo largo del año, al pasar de niveles de 244.08 dólares/tonelada al inicio del año, para ubicarse al cierre del 2023 en194.38 dólares, mientras que en lo que va del 2024, el maíz al mismo plazo ha perdido 6.17% al cerrar el viernes pasado en 182.47 dólares/tonelada, mostrando que la tendencia bajista se mantiene y no muestra señales de poder revertirse en el corto plazo.
Y es que a lo largo del 2023, los mercados se mantuvieron en vilo dándole seguimiento a una política monetaria restrictiva en la que los principales bancos centrales subieron sus tasas de interés para contener las presiones inflacionarias, lo que generó que en Europa y China, este último principal comprador de maíz norteamericano, la economía se desacelerara afectando la demanda del grano, a lo que se sumó el conflicto geopolítico prevaleciente entre Rusia y Ucrania que no tiene para cuando resolverse y que ha afectado la oferta de maíz y trigo a nivel mundial.
Por su parte, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en su reporte de oferta y demanda de este mes, ubicó la oferta total de maíz del ciclo 23/24 en Estados Unidos en prácticamente 425 millones de toneladas, versus las 383 millones del año pasado y estima inventarios finales de 54.92 millones de toneladas contra 34.55 millones que quedaron en el ciclo anterior, es decir, 20.37 millones de toneladas más.
A nivel mundial, el USDA estimó inventarios finales de 325.22 millones de toneladas para este ciclo, versus 300.56 millones en el anterior, con lo que queda claro que maíz habrá más que suficiente.
Mientras tanto, dadas las diferencias comerciales que se han venido dando ya desde hace tiempo entre China y Estados Unidos, Brasil se ha posicionado como un importante proveedor de granos a China, donde el USDA informó que la producción de Brasil se podría ubicar en 127 millones de toneladas y la de Argentina en 55 millones, a lo que habría que añadir la noticia de la semana pasada, en donde las autoridades aduaneras de China incluyeron a empresas argentinas en la lista de autorizadas para exportar trigo al país asiático por primera vez en la historia, lo que ha generado se especule sobre la posibilidad de que el maíz sea incluido también en esa lista, con las implicaciones que esto puede tener en las exportaciones norteamericanas.
Por lo pronto, México rompió récord de importaciones de maíz el año pasado desde Estados Unidos, pero queda claro que ni con mucho podría nuestro país sustituir la demanda de China; sin embargo, esas importaciones sí afectan a nuestros productores, sobre todo cuando hemos tenido un peso fuerte que abarata las mismas.
Hoy, los mercados se mantienen atentos al clima en Sudamérica y cómo podría afectar la evolución de sus cultivos, pero queda claro con todo lo anterior, más la ausencia de apoyos para los agricultores en nuestro país, aunado a que se terminaron los esquemas de comercialización y los apoyos para coberturas de precios, nuestro agricultores enfrentan un panorama bastante complicado, donde la volatilidad de precios será la constante.
Fuente: El Economista
