Ciudad Juárez– La resolución que permite a la federación liberar excedentes de las presas de seis ríos tributarios del Bravo –como el Conchos– con el fin de abonar a la deuda de agua con Estados Unidos limitará aquí el almacenaje, dijo Mario Mata, director de la Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS) del estado.
“Siempre y cuando estén arriba del Nivel de Agua Máximo Ordinario (NAMO), ya no se van a esperar a que sea por el vertedero, sino que quieren abrirlas antes; eso cambia el espíritu totalmente de Tratado (de 1944), porque era con escurrimientos, que se interpretaba como aguas broncas, no contenidas en algún vaso, y eso cambia totalmente”, dijo el funcionario.
“(Afectará) en caso de que haya una lluvia que nos llene las presas, pues ya no la vamos a poder llenar hasta el 100 por ciento, sino que hay un nivel de agua que es inferior al vertedero, el NAMO, ahí se abriría la presa para ese excedente”, agregó.
Mata fue consultado luego de que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) difundiera el acta 331, que autoriza el uso de fuentes adicionales de pago para que México enfrente su obligación –impuesta por el Tratado de 1944– de entregar dos mil 158 millones de metros cúbicos del río Bravo a Estados Unidos cada quinquenio y de lo que, a menos de un año de que venza el ciclo, en octubre de 2025, debe más del 70 por ciento.
“Son cambios radicales en la forma como se interpreta el Tratado o como se ha venido interpretando”, dijo Mata, quien explicó que el Conchos se almacena en las presas La Boquilla, en el municipio de San Francisco de Conchos, y en la Luis L. León, o El Granero, en Aldama.
“Abrirían las presas para surtir, para dejarlas escurrir esa agua que realmente es concesionada. Le repito: es agua que corresponde a los concesionarios y eso cambia mucho el espíritu del Tratado”, insistió.
La resolución 6 del acta de CILA indica que “siempre que el almacenamiento en cualquier presa mexicana de los seis afluentes identificados en el (…) Tratado de Aguas de 1944 sea superior a la capacidad normal de conservación (NAMO), México liberará dichos volúmenes excedentes hacia aguas abajo, con la meta de que alcancen la corriente principal del río Bravo” –donde un tercio le corresponde a Estados Unidos–.
También, que “siempre y cuando esté garantizado el abastecimiento doméstico y municipal de las poblaciones mexicanas que dependen de las presas mexicanas de los afluentes aforados, México valorará la posibilidad de asignar volúmenes para el cumplimiento de sus obligaciones en el Tratado con aguas almacenadas en dichas presas”.
Asimismo, dice el documento, “a fin de reducir o evitar un potencial faltante”, este país podrá pagar “con agua asignada a México de las aportaciones al río Bravo” de estos seis afluentes; es decir, aportar más de los dos tercios que le quedan después de entregar una tercera parte al vecino país.
El acta 331 fue aprobada el pasado 7 de noviembre en sesión de la CILA en Ciudad Juárez, sede de la Sección Mexicana de este organismo binacional.
Entre las resoluciones –de las que CILA indica que están aún sujetas a aprobación de los gobiernos de los dos países– destaca la adición de otros dos ríos actualmente asignados a México como fuentes de pago de la obligación con el vecino país.
Manuel Morales, secretario de dicha representación, enfatizó ayer que los seis ríos aforados, de los que el Conchos es el principal aportante, continuarán siendo captados para contribuir al compromiso.
“Los seis afluentes mexicanos que menciona el Tratado continúan aportando para el cumplimiento del propio Tratado; recordemos que es claro en ese sentido, de que una tercera parte de las aguas que lleguen al río Bravo procedentes de esos seis tributarios mexicanos se asignan a los Estados Unidos”, dijo ayer Morales.
“En este sentido el Conchos siempre ha aportado al cumplimiento del Tratado y lo seguirá haciendo, algunos años más, otros menos, pero cada metro cúbico que llega al Bravo del Conchos se contabiliza y se asigna la tercera parte a Estados Unidos”, agregó.
Fuente: El Diario