Abrirán “El Granero” para cumplir tratado de aguas con EEUU

Entregarán de 400 a 518 millones de metros cúbicos
La Secretaría de Relaciones Exteriores considera cuatro afluentes, entre los que se encuentra la Presa Luis L. León o “El Granero”, para hacer frente al compromiso del Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944 durante el cierre del quinquenio de 2025.
Cabe destacar que las aportaciones de esas fuentes de abastecimiento se realizarán según el ciclo pluvial de mayo a octubre del presente año, sin comprometer el consumo humano y el ciclo agrícola.
El Gobierno Mexicano echará mano para cumplir este compromiso la presa Internacional “La Amistad”, Seis Tributarios Mexicanos del Rio Bravo, Río San Juan (de manera extraordinaria) y la Presa Luis L. León, mejor conocida como “El Granero”.
El día 29 de abril dieron a conocer una nota informativa, las secretarías de Relaciones Exteriores, Agricultura y Medio Ambiente, en las que establecen las medidas para continuar con el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, donde expusieron lo siguiente:
Mediante el presente se informan las medidas acordadas para continuar con el cumplimiento de los compromisos de México conferidos en el Tratado de Aguas Internacionales de 1944 relativos a las asignaciones de agua del Río Bravo, con el objetivo de mitigar el potencial faltante en las entregas de agua de México hacia el final del ciclo de cinco años, que inició el 25 de octubre de 2020 y concluye el próximo 24 de octubre del presente año.
El acuerdo entre ambos países tuvo su base en amplios análisis técnicos para determinar la disponibilidad del agua en la cuenca. En todo momento, México aseguró los volúmenes de agua requeridos para garantizar la totalidad del consumo humano, aun en un escenario de un año con bajas precipitaciones. También se consideró el agua requerida para completar el ciclo agrícola, así como las necesidades de México, sin comprometer el consumo humano y el apoyo agrícola. Finalmente, las partes acordamos que el Tratado de 1944 no estaba sujeto a revisión.
Con base en dichos análisis se determinó que, en el período mayo-octubre 2025, se podían asignar a Estados Unidos un total de aproximadamente entre 400 y 518 millones de metros cúbico (Mm3); dentro de ese rango, el volumen a asignar dependerá de cantidad de agua de que se pueda disponer una vez iniciado el próximo período de lluvias.
Estas aguas provendrán de las siguientes fuentes:
Presa Internacional La Amistad.
Seis tributarios mexicanos del río Bravo.
Río San Juan, de manera extraordinaria.
Presa Luis L. León.
Como pasos subsecuentes, se tendrán reuniones anuales de evaluación de las condiciones de la cuenca para determinar acciones futuras, en tanto que en seno de la CILA se continuará dando seguimiento puntual tanto a la implementación de estas medidas como a la evolución de las condiciones en la cuenca.
Con estas acciones se busca reducir de manera considerable el actual potencial faltante en las entregas de agua del río Bravo, el cual, sin estas acciones, sería el mayor registrado en la historia, para un primer ciclo, desde la firma del Tratado.
Es importante resaltar que las acciones que se implementarán de mayo a octubre de 2025 son mucho menores a las realizadas por México de 2002 a 2007 en el ciclo 27. En esos años México debía cubrir un faltante de dos ciclos anteriores (ciclos 25 y 26) de 1,639 Mm3 más el volumen garantizado de 2,158 Mm3 del ciclo 27, por lo que se realizaron acciones similares a las actuales, pero en volúmenes mucho mayores.
Asimismo, para el cierre del ciclo 35 (octubre 2015 a octubre 2020), en el que se tenía que cubrir un faltante de 325 Mm3, las acciones consistieron en la modificación del porcentaje de asignación de los afluentes mexicanos hasta el 100 %, transferencias de agua de las presas internacionales La Amistad y Falcón y ajustes operativos que incluyeron pérdidas por transferencias.
Finalmente, con las acciones a implementar en el ciclo actual hasta octubre de 2025, se busca que en el próximo ciclo México disponga de mejores condiciones para el cumplimiento de sus obligaciones en el Tratado de Aguas de 1944, garantizando en todo momento el uso público urbano de las poblaciones fronterizas mexicanas que dependen del Río Bravo.