FAO: Pese a avances, persisten brechas de género en sector agropecuario de América Latina

En América Latina y el Caribe, el 36% de la fuerza laboral del sector agropecuario está compuesta por mujeres, según reporta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su más reciente informe.
Aunque esta cifra refleja avances en su integración económica, la organización recordó que muchas de las trabajadoras rurales siguen enfrentando condiciones precarias, incluyendo la falta de derechos y pagos injustos.
Brechas de género persistentes: precariedad laboral
El reporte “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios: Un enfoque regional para América Latina y el Caribe” señala que una parte del aumento de la participación femenina se debe a la emigración de hombres. Sin embargo, aunque asumen nuevas responsabilidades, no siempre ganan mayor autonomía o poder de decisión dentro del hogar o la comunidad.
En ese sentido, la FAO advierte que casi la mitad de las mujeres rurales trabajan como contribuyentes familiares, es decir, una forma de autoempleo sin salario, seguridad social ni derechos laborales. En contraste, solo el 9% de los hombres se encuentra en esta situación.
Y para aquellas que sí perciben un salario, la brecha salarial aún existe. Incluso aunque realicen las mismas tareas, las mujeres del sector agropecuario ganan menos que los hombres, según estudios de la Organización Internacional del Trabajo. De acuerdo con la FAO, cerrar estas brechas podría aumentar el PIB mundial en 1%, reducir la inseguridad alimentaria y beneficiar a 45 millones de personas
Acceso a recursos y políticas de género, las clave para el cambio
El informe señala la necesidad urgente de garantizar a las mujeres el acceso a tierra, insumos, servicios financieros, capacitación y tecnología. En cuanto a tecnología, las brechas persisten tanto en maquinaria, que está diseñada para hombres, como en acceso a internet, indica el reporte.
Por ello, la FAO propone a los países realizar políticas integrales para eliminar las barreras estructurales que enfrentan las mujeres del sector, sobre todo aquellas en territorio rural. Estas incluyen reformas de tierras, programas de capacitación, acceso a internet de banda ancha e impulso a la organización colectiva.