En 14 años, la superficie sembrada de nogal en Chihuahua casi se duplicó, pues creció de 53 mil hectáreas en el 2010, a 104 mil en este año, con un impacto evidente en el gasto de agua medido de las presas, así como en el del subsuelo, de donde son abastecidas principalmente.
En la zona sur de la entidad, de acuerdo con los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), este año sólo fueron sembradas una de cada cuatro hectáreas de todos los cultivos regionales, pero el consumo de agua de la presa La Boquilla, la más importante de la entidad, es igual a lo gastado en 2023, cuando fue sembrada toda la superficie cultivable de la región, donde se han disparado.
Cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) ubican a Chihuahua como el primer productor nacional de nuez, a pesar de la sequía que padece el estado y del alto consumo de agua que representa cada árbol de nogal.
Asimismo, el investigador y activista Víctor Quintana Silveyra aseguró que la superficie sembrada en la entidad pasó de 53 mil hectáreas en el año 2010 a 88 mil en el año 2018, para luego rebasar las 100 mil hectáreas en este año, a pesar de la crisis hídrica que padece la entidad.
Sin embargo, dijo Quintana, la producción nogalera y quienes se dedican a esta actividad, no son los únicos causantes de la crisis de agua en Chihuahua, son uno de los factores, evidentemente, pero hay más problemas por atender.
La cantidad de agua que demanda el cultivo del nogal, señaló, representa un tercio de toda la capacidad de almacenamiento de la presa La Boquilla, por lo que no puede mantener el ritmo de alrededor del tres por ciento anual que ha mantenido en los últimos seis años.
“Estoy en contra de satanizar a los nogaleros, sí son un factor de los que han provocado la crisis hídrica en la entidad, pero no el único”, insistió el también asesor del Frente Democrático Campesino y parte del equipo de enlace de la próxima administración federal que comienza en octubre, con el sector productivo rural de Chihuahua. Por lo tanto, agregó, la solución no está en perder los cultivos existentes, sino en frenar su crecimiento y expansión desordenada.
Quintana Silveyra planteó que la Conagua y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el próximo Gobierno Federal, tendrán la tarea de regular de forma estricta el riego para los cultivos, tanto de las presas como del subsuelo, que son la principal fuente de abastecimiento para la producción de nuez.
Es necesario, consideró, ya no permitir más superficie de nogales y restringir el uso del agua a los volúmenes que tienen legalmente concesionados los productores, porque además existe un grave problema de robo de agua tanto para nogales como para otros cultivos de alto consumo, en toda la cuenca del río Conchos y también en las zonas de pozos.
Los productores que tienen sembradas más hectáreas de nogales de las que pueden regar con los volúmenes concesionados, que son quienes recurren a las tomas clandestinas o a los pozos ilegales sin autorización de Conagua, tendrán que perder esas extensiones o bien, buscar la forma de tecnificar su riego, en lo que también es necesario avanzar, para disminuir las pérdidas de agua que existen en la agricultura.
Además, consideró, es necesaria una mejor organización de los productores nogaleros, pues en la actualidad prácticamente toda la producción es comercializada a través de dos empresas que la compran para colocarla en mercados, y debido al alto margen de ganancia que deja el cultivo, pese al exceso de gasto de agua, no se han visto en la necesidad de organizarse de mejor manera, para tecnificar sus sistemas de riego y mantener altos niveles productivos, con un menor gasto del vital líquido.
De forma adicional, deben explorarse cultivos alternativos al nogal, como el olivo, la vid y la granada, que con riego tecnificado pueden resultar también muy rentables como el nogal; asimismo, también deben pensar en el agua otros productores con una alta demanda, como los de maíz, algodón y alfalfa, que en diversa medida han contribuido a la crisis actual.
En riesgo el ciclo agrícola 2025
Al problema del alto consumo de agua para riego, que en la zona sur de la entidad tiene como causante al crecimiento de las nogaleras, se suma la falta de lluvias, que mantiene a la presa en sus niveles más bajos desde 1994.
La presa La Boquilla, la más grande del estado, cuenta con una capacidad de dos mil 893 hectómetros cúbicos. Ubicado en la corriente del río Conchos, el embalse se encuentra en el municipio de San Francisco de Conchos, como parte del Lago Toronto que se extiende prácticamente desde el Valle de Zaragoza hasta la comunidad donde están las compuertas.
Actualmente, la presa tiene un 16.5 por ciento de llenado y la extracción de agua continúa hasta la terminación del ciclo agrícola, al finalizar el mes de septiembre.
El año pasado culminó el mes de agosto con un 44 por ciento de almacenamiento, mientras que en 2022 registró un 46 por ciento y en 2020 un 33 por ciento, a estas alturas del año, cuando se considera temporada de lluvias, a la vez que sus compuertas están abiertas para el riego de amplias extensiones de cultivos en la región sur del estado.
En 1994, La Boquilla culminó el ciclo agrícola de ese año con un 12.9 por ciento de almacenamiento, lo que agravó las condiciones de producción el año posterior, al no poder extraer los volúmenes necesarios para el riego.
En el año 2000, al cierre de septiembre, culminó con 16.6 por ciento; en 2006 con 90 por ciento gracias a una intensa temporada de lluvias; en 2012 con 33 por ciento y en 2018 con un 77 por ciento.
Las Vírgenes, oficialmente denominada Francisco I. Madero, tiene una capacidad de almacenamiento mucho menor, de 355 hectómetros cúbicos. Está ubicada en el municipio de Rosales, al norte de Delicias, y en la corriente del río San Pedro, otro de más importantes del estado.
El nivel más crítico, según el registro histórico, lo tuvo en 1994, cuando fue reportada con apenas un dos por ciento de almacenamiento respecto de su capacidad de llenado. Desde entonces, no había bajado, durante los correspondientes meses de septiembre a los niveles actuales, del 15.4 por ciento.
En la zona norte del estado, la presa Las Lajas, ubicada en la corriente del río Santa Clara, llegó a bajar en 1994 a niveles del 4.3 por ciento en 1994 y del 15.6 por ciento en 2012, mientras que en la actualidad es reportada con apenas 8.6 por ciento de almacenamiento.
En la misma región, pero en la corriente del río Santa María, la presa El Tintero llegó a bajar hasta un 7.1 por ciento de su capacidad de almacenamiento y en la actualidad
“La producción nogalera y quienes se dedican a esta actividad no son los únicos causantes de la crisis del agua en Chihuahua”
Víctor Quintana Silveyra Activista e investigador
es reportada en un 10.8 por ciento.
Aunque son embalses más pequeños -de 7.1 y 13.5 hectómetros cúbicos, respectivamente- también son usados para el riego agrícola en la región, cuya producción agrícola está basada en el agua del subsuelo, con pozos legales e ilegales desde hace décadas.
Fuente: El Diario