Se encarece producción de ganado por endurecimiento de restricciones en exportación: UGR

La industria ganadera de la región y de todo el estado enfrenta una difícil situación debido al incremento en los costos de producción y el endurecimiento de restricciones para la exportación de ganado. Eloy Soto Payán, integrante del Consejo Directivo de la Unión Ganadera Regional, alertó que el costo de producir ganado ha aumentado al doble o al triple, mientras que la exportación ha caído drásticamente, pasando de entre 2 mil y 3 mil animales diarios a solo 500.
El representante ganadero señaló que esta combinación de factores ha puesto en una situación complicada al sector, ya que los gastos operativos continúan en ascenso sin que haya una salida rápida para comercializar el ganado. “No podemos decirle a las vacas que no paran o a los becerros que no crezcan, es urgente que las gestiones se den lo antes posible para agilizar la exportación”, afirmó.
Soto Payán explicó que la actual lentitud en los procesos de exportación se debe a inspecciones sanitarias más rigurosas y a nuevas normativas que han generado un “cuello de botella” en el cruce fronterizo de San Jerónimo, falta de aperturar Palomas y Ojinaga. Sin embargo, confía en que en los próximos días la situación comience a regularizarse, siempre y cuando se logren acuerdos efectivos entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
El aumento en los costos de producción ha hecho que muchos ganaderos enfrenten dificultades para mantener sus operaciones. Insumos esenciales como el alimento para el ganado, medicamentos y procesos sanitarios han incrementado su precio, lo que afecta directamente la competitividad del sector. “Estamos gastando el doble o el triple para producir, y encima de eso, la exportación está limitada. Es una situación muy preocupante”, dijo Soto Payán.
Ante este panorama, el dirigente ganadero llamó a sus compañeros a adaptarse y a mejorar sus procesos para evitar más restricciones. “Más que preocuparnos, debemos ocuparnos en hacer las cosas de manera diferente. En lugar de embarcar 20 o 30 toneladas, debemos ajustarnos a lo permitido, asegurarnos de que el ganado esté en óptimas condiciones y programar las salidas con suficiente tiempo”, comentó.
Uno de los problemas principales es que cualquier herida abierta en los animales representa un riesgo para la exportación. Soto Payán enfatizó la importancia de realizar pruebas de tuberculosis, que tienen una vigencia de 60 días, y de castrar a las hembras con tiempo suficiente, ya que su certificación dura seis meses. “No podemos darnos el lujo de fallar en estos procesos, porque si un lote es rechazado, el impacto económico es aún mayor”, añadió.
Aunque los precios del ganado se encuentran en niveles históricamente altos, el temor de los ganaderos es que, cuando el mercado se estabilice, los costos de producción sigan elevados y las restricciones continúen, dificultando aún más la exportación. La incertidumbre sobre el futuro del sector es una de las principales preocupaciones de los productores.
Finalmente, Soto Payán insistió en la necesidad de que las autoridades gestionen soluciones rápidas y efectivas. “Pasamos de exportar 3 mil animales diarios a solo 500, lo que representa una reducción del 80%. Necesitamos recuperar la confianza de las inspecciones y regularizar el flujo de exportación antes de que la situación se vuelva insostenible”, concluyó.