Retorno del gusano barrenador es una tormenta perfecta, advierten desde la UNAM

El retorno del Gusano Barrenador del Ganado (GBG) (Cochliomyia hominivorax) a territorio mexicano, 30 años después de su erradicación, representa una “tormenta perfecta”, resultado de una combinación de factores ambientales, biológicos y humanos. Así lo explicó Yazmín Alcalá Canto, profesora del Departamento de Parasitología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Un vector peligroso: Cochliomyia hominivorax
En entrevista para Gaceta UNAM, la especialista explicó sobre la plaga transmitida por la mosca Cochliomyia hominivorax, una especie endémica del continente americano. Su ciclo biológico comienza cuando la hembra deposita sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente. De estos huevos emergen larvas que se alimentan del tejido vivo del hospedero, causando graves daños a animales domésticos y silvestres.
Calificó a esta mosca como una amenaza para la biodiversidad debido a los síntomas, muertes y sacrificios que provoca en los animales afectados.
Cambio climático y evolución biológica: factores que favorecen su expansión
En el caso de México, el resurgimiento del GBG se ha visto impulsado por el aumento sostenido de las temperaturas, una consecuencia del cambio climático que ha incrementado la capacidad reproductiva de la mosca. Sin embargo, uno de los aspectos más preocupantes señalados por Alcalá Canto es la evolución biológica de la especie.
Ya que las hembras de Cochliomyia hominivorax han mostrado señales de reconocer y rechazar a los machos estériles utilizados en los programas de control biológico, lo que reduce drásticamente la efectividad de esta estrategia.
Durante más de dos décadas, este ha sido el método principal para erradicar esta plaga: la liberación masiva de moscas estériles, lo que permitió su control y eventual erradicación en 1991. No obstante, la situación actual demanda una intervención a mayor escala.
Según las estimaciones de la profesora, ahora se necesitaría más del doble de insectos estériles para lograr un impacto similar al alcanzado en el pasado. Este desafío se complica debido al cierre en 2013 del criadero de estas moscas en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, que había operado desde 1974 como parte de un acuerdo binacional con Estados Unidos.
Estrategias de control y respuesta institucional
De acuerdo con Yazmín Alcalá desde 2024, la UNAM ha implementado diversas acciones para contener la situación. Estas incluyen el desarrollo de nuevos antiparasitarios, la capacitación de profesionales veterinarios y campañas informativas dirigidas a productores y comunidades rurales.
Además, en julio de ese mismo año, se activó el Dispositivo Nacional de Emergencias en Sanidad Animal, que refuerza la detección de larvas en laboratorios oficiales y promueve la aplicación de tratamientos adecuados en campo. Sin embargo, estos insumos no siempre están al alcance económico de todos los productores, lo que limita su efectividad.
Fuente: Ganadería.com