Estimación de la evapotranspiración del maíz forrajero bajo riego por goteo
En el Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta, Atmósfera (CENID RASPA) del INIFAP, se están llevando a cabo actividades como parte del Proyecto Fiscal “Determinación de la lámina de riego óptima en tiempo casi real como estrategia de adaptación/mitigación del cambio climático”.
El sitio experimental corresponde al predio de un productor cooperante, y se localiza dentro de los límites de la Comarca Lagunera, en el municipio de Francisco I. Madero, al suroeste del estado de Coahuila de Zaragoza, México. Como parte de las actividades del proyecto se estimó la evapotranspiración real del maíz forrajero variedad N83N5 de Syngenta®, en el ciclo agrícola de Primavera 2023, mediante la ecuación del balance hídrico del suelo. El diseño de siembra constó de 8 plantas por metro lineal y 75 cm entre hileras. El sistema de riego utilizado fue goteo subterráneo mediante cintilla TORO, calibre 8000, diámetro interno de 16 mm (7/8 “), gasto de 0.5 L h-1 a 15 PSI, con goteros a cada 10 cm, enterrada a 30 cm de profundidad
El modelo de balance hídrico del suelo requiere de parámetros como humedad disponible en el suelo, precipitación, evapotranspiración, escurrimiento y drenaje de la zona donde crecen las raíces. A partir de este modelo es posible cuantificar el agua consumida por la planta. En un sistema de riego por goteo tanto las pérdidas por percolación (D) como las pérdidas por escurrimiento (E) se consideran igual a 0. De tal manera que la ecuación de balance para calcular la evapotranspiración del cultivo quedó expresada en función de la precipitación, el riego y la variación en el contenido de humedad del suelo, mismo que se determinó por gravimetría a través del método AS-05 (NOM-021-SEMARNAT-2000).
Las muestras de suelo se obtuvieron a 30, 60 y 90 cm, con 9 repeticiones para obtener la media aritmética por profundidad. Los datos de precipitación se obtuvieron mediante una estación meteorológica automatizada Davis®, y la precipitación efectiva se determinó mediante el método Blaney y Criddle (1962). La lluvia aportó poca humedad al suelo (6.8%), es decir, en su gran mayoría el agua fue proporcionada por el riego. Los resultados muestran que al inicio del ciclo de cultivo la evapotranspiración real fue en promedio de 2.06 mm día-1, y al alcanzar la madurez comercial para forraje fue de 5.5 mm día-1. La evapotranspiración real del cultivo hasta los 96 días después de la siembra fue de 623 mm, mientras que la evapotranspiración estimada a partir del método propuesto en el Boletín 056 de la FAO (Allen et al., 1998) fue de 618.8 mm.
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