Pecuaria

La bioseguridad como pilar de la rentabilidad en granjas porcinas

La bioseguridad es la columna vertebral de la productividad en las granjas porcinas. Sin embargo, su implementación suele ser inconsistente y reactiva, lo que perpetúa ciclos de brotes sanitarios que impactan negativamente la rentabilidad.

Es crucial entender que este concepto no es solo un conjunto de acciones durante una crisis, sino un compromiso diario que requiere inversión, disciplina y monitoreo constante.
Puntos importantes:

  1. Garantizar protocolos estrictos, equipos en buen estado y el uso de productos adecuados para desinfectar todas las áreas de la granja de manera regular, no solo durante brotes.
  2. Asegurarse de que el equipo de limpieza esté en condiciones funcionales en todo momento para garantizar una desinfección eficiente.
  3. Implementar un lavado y desinfección rigurosos de vehículos que ingresan a la granja, especialmente aquellos que transportan alimento y animales.
  4. Controlar roedores, aves y otras plagas que actúan como vectores de enfermedades.
  5. Establecer protocolos para evitar la acumulación y manejo inadecuado de desechos orgánicos que aumente la carga de infección.
  6. Procesamiento de aguas residuales, para evitar la contaminación cruzada y garantizar que las aguas usadas sean tratadas correctamente.
  7. Implementar y mantener protocolos estrictos para los animales de reemplazo antes de su integración al hato.
  8. Realizar capacitación al personal de forma regular para fomentar conciencia y responsabilidad en el equipo sobre la importancia de la bioseguridad.
  9. Realizar inspecciones frecuentes para garantizar que los procesos de bioseguridad se cumplan correctamente.
  10. Contar con un “Plan B” para asegurar el suministro de insumos y funcionalidad del equipo ante eventualidades.

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