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Antioxidantes, aliados de la salud

La recomendación de comer frutas, verduras y un poco de carne para tener una vida saludable resulta un consejo avalado por la ciencia, porque una dieta rica en esos alimentos frescos contiene fitocompuestos con capacidad antioxidante que evitan el daño celular del organismo.

La oxidación celular del organismo es una reacción química provocada por su exposición al oxígeno, que lleva a la formación de radicales libres o especies reactivas de oxígeno (ROS) y en concentraciones altas resultan peligrosos porque dañan los componentes de las células, proteínas e incluso el ADN.

“El daño a las células causado por los radicales libres, especialmente al ADN, puede tener un papel en la formación del cáncer y otros padecimientos, ya que son átomos desapareados con una gran capacidad de expansión en las células e influyen en el envejecimiento o en patologías cardiovasculares, entre otras enfermedades”, explica Edmundo Lozoya Gloria, investigador del Cinvestav Irapuato.

Los aliados del organismo que enfrentan la oxidación celular son sustancias químicas naturales conocidas como antioxidantes, los cuales interactúan con los radicales libres para neutralizarlos e impedir que causen daño; se encuentran en diversos alimentos y están divididos en flavonoides y carotenoides, los primeros son solubles en agua y los segundos en aceite, ambos dan pigmento o color intenso a flores o frutos; y, las vitaminas A (ácido retinóico), C (ácido ascórbico) y E (tocoferol) que son nutrientes esenciales.

Los flavonoides poseen beneficios medicinales que incluyen acciones anticancerígenas, antiinflamatorias y antivirales; también presentan efectos neuroprotectores y cardioprotectores (actividades biológicas que dependen de su tipo, el posible modo de acción y su biodisponibilidad).

En el caso de los carotenoides se consideran moléculas clave para la vida al tener un buen efecto antioxidante, por ser capaces de inactivar las especies reactivas de oxígeno generadas en las células, además, se ven como nutrientes dietéticos. Los tomates contienen un carotenoide importante: el licopeno, que al ser consumido atenúa la apoptosis (muerte celular programada) inducida por el alcohol en las células y reduce el riesgo de cáncer de próstata, pulmón o digestivo.

Vitaminas

Las vitaminas antioxidantes son moléculas orgánicas con funciones vitales en el organismo, se consideran nutrientes esenciales presentes en los alimentos y se requieren en pequeñas cantidades para el mantenimiento del cuerpo; intervienen en la reducción y el control del estrés oxidativo, así como en enfermedades infecciosas. Una función de la vitamina A es su efecto trófico y protector de los epitelios (piel y mucosas) y participa en la barrera defensivo-inmunológica de esas estructuras, por ello se le atribuye una cualidad preventiva en la aparición de cánceres de boca, estómago, colon, broncopulmonar y de cuello uterino.

Además, la vitamina A es un nutriente fundamental para la visión porque participa en la producción de los pigmentos que forman parte de la retina los cuales permiten ver el espectro de luz; los betacarotenos son los precursores de esta vitamina y actúan atrapando radicales libres y moléculas de oxígeno libre, de ahí su efecto protector; también promueven la disminución del tamaño de tumores y solo se encuentra presente en alimentos de origen animal como huevo, productos lácteos y especies de corral; en los vegetales están presentes como provitamina A, en forma de carotenos en la zanahoria, albaricoques, boniatos, patatas dulces, espinacas, brócoli o melón.

Otra sustancia antioxidante es la vitamina C, que proporciona electrones a compuestos en el exterior e interior de la célula, fuera de ella puede actuar en conjunto con la vitamina E para prevenir la oxidación lipídica, de esta forma opera frente la oxidación de las LDL (punto inicial de la lesión aterosclerótica); e interviene en la prevención del daño oxidativo sobre el ADN, relacionado con ciertos tipos de cáncer y el envejecimiento. Los alimentos con una mayor riqueza de esta vitamina son las frutas cítricas y las hortalizas (pimientos, perejil, coles, cebolla) frescas y crudas, porque sus propiedades se destruyen por efecto de la cocción o del almacenamiento prologando.

Dosis de antioxidantes

Se ha demostrado que el riesgo de algunos tipos de cáncer (pulmón, páncreas y de cuello de la matriz) se ve reducido al consumir vitamina E y que también disminuye el crecimiento de tumores tipo sarcomas; su acción antitumoral sumada con la vitamina C, el betacaroteno y el selenio, se ve potenciada cuando actúan juntas; sostuvo Lozoya Gloria.

Se conoce poco acerca de las necesidades antioxidantes del organismo, especialmente en poblaciones sensibles (tercera edad) o ante la aparición de ciertas enfermedades, como las cardiovasculares o algunos tipos de cáncer. Si bien no se pueden establecer criterios diagnósticos que permitan determinar el estado oxidativo real de un organismo, se aconseja ingerir una cantidad adecuada de antioxidantes (su exceso podría originar alteraciones), que implica una dieta equilibrada con cinco raciones al día de frutas, hortalizas y verduras frescas e incluir de tres a cuatro raciones de pescado a la semana, de dos a tres de carne y legumbres, lácteos o cereales.

Vejez y antioxidantes

Entre las teorías del envejecimiento, la del daño oxidativo es muy popular y cada vez hay más pruebas experimentales de que las especies reactivas de oxígeno pueden actuar como moléculas de señalización, porque no solo inducen estrés oxidativo, también prolongan la vida, además, en forma moderada tienen el potencial de mejorar la esperanza de vida; al parecer una mayor cantidad de antioxidantes en los alimentos beneficiaría la longevidad. A diferencia de los jóvenes, las personas mayores tienen concentraciones más altas de elementos oxidados, como proteínas, ADN y lípidos, entonces los antioxidantes se destacan por ser moléculas que reducen la generación de las especies reactivas y contribuyen a prolongar la vida, aseguró el investigador.

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