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Sostenibilidad de agroecosistemas con equilibrio de componentes del suelo

A través del equilibrio de los componentes físicos, químicos y biológicos del suelo se propicia la estabilidad y sostenibilidad de los agroecosistemas, fundamentales en la Agricultura de Conservación, así lo manifestó el Dr. Martín Espinosa Ramírez, investigador del Campo Experimental Río Bravo, perteneciente al Centro de Investigación Regional Noreste (CIRNE) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

El investigador destacó que, con la agricultura de conservación, al mantener los residuos de cosecha sobre la superficie, se alcanzan similares rendimientos, pero con mayor relación beneficio/Costo que en una agricultura convencional. Asimismo, se mejoran los indicadores de calidad como materia orgánica, infiltración, fósforo, potasio, microelementos y se reduce ligeramente la alcalinidad del suelo, de igual forma se incrementan los microorganismos benéficos del suelo. Subrayó que, en este momento, la gran mayoría de los suelos agrícolas en México, un 70 por ciento aproximadamente, están bajo ciertas condiciones de degradación que van de leves a severas y lo podemos constatar con la presencia de cárcavas y dunas en algunas regiones del país.

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FOTOGRAFÍA: AGREGADO CON MACROORGANISMOS (LOMBRICES) EN LA CAPA SUPERFICIAL

Al referirse a los antecedentes que originaron esta problemática en lo suelos, señaló que inicia cuando se inicia la mecanización del campo en la década de 1930, a fin de aligerar el trabajo en el campo, que permitió cultivar grandes extensiones agrícolas. Con ello se empezó a remover la cubierta vegetal del suelo, se desmenuzó el suelo para preparar una cama para la siembra, lo que implica desprotección del suelo con las actividades de una agricultura intensiva. Se implementó un uso excesivo del rastreo, se pulverizó el suelo con la maquinaria, que, aunado a los frentes fríos, con un suelo sin cobertura, hubo un desprendimiento y arrastre de la capa superficial donde están las arcillas, que forman la parte fértil del suelo, lo que implica altas tasas de erosión y presencia de tolvaneras.

El Dr. Espinosa Ramírez, actual líder del Programa Nacional de Suelos del INIFAP, indicó que se trabaja en un nuevo concepto de fertilidad del suelo. El concepto nuevo incluye la sostenibilidad de los agroecosistemas e integra los atributos físicos, químicos y biológicos. Estos tres atributos tienen una estrecha relación entre sí y participan de manera activa en la producción y estabilidad de los agroecosistemas. Se ha practicado una agricultura intensiva en los últimos cincuenta años y tenemos que buscar alternativas para suministrar lo que necesita el suelo. Nos hemos enfocado en la parte química, al dar nutrición a los cultivos a través de fertilizantes nitrogenados y fosforo. En la parte física, pensamos que únicamente removiendo al suelo con maquinaria lo vamos a mejorar, pero nos hemos olvidado de la parte biológica que es un detonante principal para mejorar los suelos. Tenemos que ver que estos tres atributos se encuentren equilibrados para que el suelo se recupere.

El Dr. Espinosa Ramírez, detalló cada una de las características de los tres componentes: La fertilidad física es la capacidad del suelo de brindar condiciones estructurales adecuadas para el sostén y el crecimiento de los cultivos. Aspectos como estructura, espacio poroso, retención hídrica, densidad aparente, facilidad a la penetración por las raíces, entre otros, hacen favorables a los indicadores físicos.

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La fertilidad química se refiere a la capacidad que tiene el suelo de proveer nutrientes esenciales a los cultivos. Sus indicadores son: materia orgánica, conductividad eléctrica, pH y la capacidad del intercambio catiónico como el potencial de un suelo para retener e intercambiar nutrientes.

La fertilidad biológica se refiere a los procesos biológicos y sus interacciones. Los microorganismos son indispensables para sostener diversos procesos del suelo. Sus indicadores son: Biomasa microbiana, respiración microbiana, abundancia y diversidad de la fauna del suelo.

En este contexto señaló que el término de calidad del suelo se empezó a usar cuando se reconoció las funciones del suelo;

  1. Promover la productividad del sistema, sin perder sus propiedades físicas, químicas y biológicas
  2. Atenuar los contaminantes ambientales y patogénicos (calidad ambiental)
  3. Favorecer la salud de las plantas, los animales y los humanos.

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FOTOGRAFÍA: RIEGO ALTERNADO EN AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN

El investigador manifestó que   ha venido trabajando desde hace diez años en Río Bravo Tamaulipas, en la Agricultura de Conservación e Indicadores de Calidad del Suelo, bajo tres principios fundamentales.

Movimiento mínimo del suelo. Utilizar o adecuar sembradoras que siembren sobre los residuos de cosecha.

Retención de niveles adecuados de rastrojos en la superficie del suelo, puede ser treinta o cincuenta por ciento de residuos de cosecha.

Uso de rotaciones de cultivos diversificados y rentables como cereales y leguminosas ejemplo: Trigo-Frijol, Maíz-Garbanzo, Sorgo-Soya, Girasol y Canola. De esta manera, la agricultura de conservación bien manejada resulta en un manejo de suelo sostenible que da como resultado la calidad química, física y biológica del suelo. En este contexto, se han cuantificado los microorganismos del suelo (hongos y bacterias), resaltando la proliferación de los hongos Trichoderma que son degradadores de la materia orgánica y benéficos, reduciendo la incidencia de patógenos como: Rhizoctonia solani, Pythium sp y Fusarium oxysporum.

Habló también del proceso que realizan los productores dentro de la agricultura tradicional que consiste en el desvare, rastra, barbecho o subsuelo, cruza, fertilización, bordeo y   siembra. Actualmente con la agricultura de conservación se ha simplificado a desvare, aplicación de herbicida y siembra con lo que se reduce el estrés hídrico de los cultivos, ya que, al dejar los residuos de cosechas del ciclo anterior, se conserva la humedad. Reiteró que con la Agricultura de Conservación si bien se obtienen los mismos rendimientos en los cultivos, la inversión es menor.

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FOTOGRAFÍA: SIEMBRA SOBRE LOS RESIDUOS DE COSECHA

 

Contacto: Dr. Martín Espinosa Ramírez / espinosa.martin@inifap.gob.mx

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