Pecuaria

Estudios en la microbiota intestinal del cerdo, una ventana para tratar la depresión (y otras enfermedades) en humanos

El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de España presentó una serie de proyectos, que en conjunto con expertos en ecología microbiana intestinal humana y en neurociencia de la Universidad de Girona (UdG), buscan dar cuenta acerca de las similitudes entre el cerebro de los cerdos y el de los humanos.
A través de tres proyectos (PIGBIOTA, PIGHAVIOUR y GUTBRAIN), el análisis se enfoca en la investigación porcina, mismo que podría ayudar a comprender, curar y prevenir padecimientos como la depresión y el síndrome de intestino irritable en humanos.
El cerebro de los cerdos es muy similar al de los humanos y aporta muchas pistas sobre cómo los factores ambientales afectan a la estructura y la función cerebral, así lo describió Antoni Dalmau, investigador de bienestar animal del IRTA.
PIGBIOTA: Un estudio que comprueba que en los animales la microbiota intestinal es clave para su adaptación al entorno
Dentro del desarrollo de esta hipótesis planteada por el IRTA, lo primero es comprobar que  en los animales la microbiota intestinal es clave para que se adapten mejor a su entorno, para luego, a través de PIGBIOTA dar cuenta que los cerdos pueden ser más optimistas o más pesimistas frente a un estímulo neutro.
“Un animal con mayor capacidad para adaptarse al entorno sufrirá menos estrés y se encontrará mejor, tendrá un sistema inmunitario más fuerte y crecerá y se reproducirá sin problemas” explicó Antoni Dalmau, investigador de bienestar animal del IRTA.
GUTBRAIN: Se busca identificar las especies de microorganismos intestinales vinculadas a las mejores condiciones de los animales
En el proyecto GUTBRAIN, los investigadores tratan de identificar qué especies concretas de microorganismos intestinales están vinculadas a las mejores condiciones de los animales, incluso a través de muestras fecales para la identificación de bacterias, y luego usarlas como marcadores.
“Queremos desarrollar un kit de diagnóstico para que los granjeros puedan saber si sus animales tienen estos microorganismos vinculados a mejores estados anímicos”, explicó en un comunicado del IRTA Yuliaxis Ramayo Caldas, miembro del programa Genética y mejora animal del IRTA.
PIGHAVIOUR: Opciones para revertir los cambios morfológicos que sufre el cerebro del cerdo en función de las especies de microorganismos del intestino
Con el proyecto PIGHAVIOUR, el equipo de investigadores evalúan los cambios morfológicos y fisiológicos que sufre el cerebro del cerdo en función de las especies de microorganismos del intestino y si existen opciones de revertir este efecto.
Como los animales no pueden dar detalles por sí mismos sus sentimientos, explicaron los científicos del IRTA y del Hospital Santa Cruz y Santa Pau, se evalúa su estado emocional a partir de pruebas de cognición, es decir, si el estado emocional les influye en la atención, el aprendizaje, la memoria o la toma de decisiones.
En este estudio también participó el catedrático Jesús Garcia-Gil y el experto en neurociencia, Xavier Xifró de la UdG.
QUÉ SIGUE PARA LA MEJOR COMPRENSIÓN ENTRE ESTA RELACIÓN HUMANA-ANIMAL
Luego de dar detalles de PIGBIOTA, PIGHAVIOUR y GUTBRAIN,  en el IRTA adelantaron que gracias al financiamiento otorgado por La Marató de TV3, podrán dar el siguiente paso, el cual consiste en ver ese mismo efecto en pacientes diagnosticados con el síndrome del intestino irritable y la depresión severa.
Para ello, extraerán microorganismos y moléculas que segregan en las muestras fecales de pacientes con y sin síntomas y las administrarán a los cerdos establecidos como modelo; el objetivo será ver qué cambios se producen en el cerebro de los cerdos, y en su comportamiento y estado anímico, para extrapolarlo al cerebro humano. 
“Si conocemos a los microorganismos responsables de determinados estados de ánimo y los mecanismos con los que actúan, el siguiente paso será diseñar prebióticos con los microorganismos o sus metabolitos que inducen mejores estados de ánimo para suministrar tanto a los pacientes humanos como a los animales”, concluyó Antoni Dalmau.
Fuente: Porcicultura.com

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