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Adopción de alternativas sustentables contra malezas

En el marco de las acciones que realiza el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para sustituir gradualmente el uso del glifosato, de acuerdo al Decreto publicado en el Diario Oficial el pasado 31 de diciembre del 2020, se ha capacitado intensamente a productores a través de cursos, platicas informativas así como en parcelas demostrativas, presentándoles las alternativas sustentables así como los avances que se han tenido en los resultados a nivel nacional, a fin de que participen en el proceso de validación y transferencia.

El Dr. Luis Miguel Tamayo Esquer, investigador del Centro de Investigación Regional Noroeste (CIRNO) del INIFAP, señaló que el próximo 31 de enero del 2024, termina el periodo de transición para lograr la total sustitución del glifosato por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas que permitan mantener la producción, al mismo tiempo que resulten seguras para la salud humana y el medio ambiente. En este contexto, dijo que se han realizado acciones para el control cultural, con el fin de aprovechar las prácticas de preparación del terreno (cultivos anuales) adelantándolas y escapiándolas para además deshidratar órganos subterráneos en el caso de maleza perenne (30% en correhuela por ciclo) e impedir la producción de semilla en cultivos anuales y perennes en terrenos en descanso.

Asimismo, se han evaluado y validado coberteras de plástico, paja y leguminosas en frutales (cítricos, nogal, etc.) que además de controlar maleza, estas últimas fijan nitrógeno y conservan humedad, entre otros. Se ha promovido el establecimiento de reservorios del ácaro agallador de la correhuela perenne para el control biológico de la especie en los estados del Norte de México. Además, se ha realizado investigación sobre la eficacia de bioherbicidas (fabricados a base de extractos de plantas con efectos alelopáticos) como remplazo y validación con herbicidas comerciales no selectivos disponibles (glufosinato, paraquat, etc.), como opciones no sostenibles a corto plazo, que permitirán el control de maleza como alternativas.

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Fotografía: Bioherbicida 2 + Sulfato de amonio 1 – MOS

El investigador destacó que, las acciones de Control Cultural, se contempla el aprovechamiento de la preparación anticipada de los terrenos, integrando el Control Químico en presiembra de cultivos anuales. Así como el Control Biológico de correhuela con el ácaro agallador Aceria malherbae Nuzzaci, específico para el control de correhuela perenne, que actualmente infesta los terrenos en 22 estados del Norte de México y con infestaciones severas en varias regiones agrícolas, la cual, por su carácter trepadora-envolvente (enredadera) es muy hábil en su competencia y cuenta con semillas que pueden durar viables en el suelo por 20 años o más.

Señaló que, en cuanto al Control Químico, contempla a corto plazo, el uso de herbicidas no selectivos como glufosinato, paraquat, y bioherbicidas que han sido desarrollados para el control de maleza en agricultura orgánica; los primeros dos, son herbicidas de contacto que pueden ofrecer resultados satisfactorios en algunas especies anuales, pero en perennes se dificulta su eficiencia. Son productos considerados no sostenibles y con posibilidades de prohibición en el futuro. Los bioherbicidas, no cuentan con registro de COFEPRIS, ni con acción sistémica, lo que también representa una limitante en el caso de infestaciones con maleza perennes, sin embargo, en aplicaciones oportunas son eficientes en la mayoría de las anuales y también controlan perennes como correhuela y zacate Johnson, cuando menos en su parte aérea.

El Dr. Tamayo Esquer al referirse a las acciones que se realizan dentro del Control Biológico, dijo que el uso del ácaro agallador de la correhuela, está limitado exclusivamente a ésta especie perenne y cuenta con limitaciones en su efecto de control como en todos los casos de este tipo de control. Se requiere de capacitación a productores y técnicos, para el establecimiento, conservación y dispersión de las poblaciones de ácaros en los manchones de correhuela; ya que requiere de 10 días para completar su ciclo de vida y en áreas muy perturbadas (cultivos anuales) o con el uso de acaricidas (cítricos), es difícil su establecimiento y por ende su eficacia en el control. Aunque en áreas no perturbadas (nogal), ha demostrado controles superiores al 80 por ciento de las infestaciones dependiendo de la estación, en verano alcanza su máximo control y en invierno disminuye, pero no por debajo del 50 por ciento de control. Además, en infestaciones con daños fuertes a severos, impide la producción de flores y por lo tanto de semilla de correhuela con viabilidad superior a los 20 años.

Por otra parte, el investigador manifestó que este proceso de sustitución del glifosato por alternativas sustentables en el control de malezas, no ha sido fácil para los productores, ya que existe la posibilidad de incremento de costos de producción, ya que las alternativas cuentan actualmente con precios más elevados, sobretodo en el caso de los bioherbicidas; por lo que se está procurando el uso de aditivos y bajar las dosis para igualar costos sin reducir la eficacia; reportándose en algunas regiones, controles eficientes con la mitad de la dosis comercial de algunos bioherbicidas, sobre malezas anuales en aplicaciones tempranas.

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