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Zacatecanos venderán pocos duraznos en 2021

FRESNILLO, Zacatecas. Un panorama complicado auguran los productores de durazno para el presente ciclo agrícola, pues factores como la falta de lluvias; la presencia de plagas, en particular la araña roja, y la falta de apoyos económicos enfocados a este sector, son las grandes limitantes que podrían causar que este 2021 sea considerado un mal año para los durazneros de Fresnillo.

Desde hace más de una década, los campesinos dedicados a la siembra de la fruta han tenido que enfrentar un difícil escenario: se ha disminuido al mínimo la superficie de producción y de las cerca de 2 mil hectáreas que se tenían para la siembra, para este ciclo apenas lograrán alcanzar las 450 hectáreas.

Quien fuera el presidente de la desaparecida Asociación de Productores de Duraznos, Adán Mejía Fernández, reveló la difícil situación que han tenido que enfrentar los campesinos y particularmente este año donde todos los pronósticos están en su contra y no hay quien pueda ayudarlos.

La superficie de siembra cada día disminuye, según explicó Mejía Fernández, quien también es productor, pues reveló que cerca de un 60 por ciento de superficie se ha perdido de manera paulatina y pareciera que la siembra del durazno en Fresnillo va directo a desaparecer en caso de no aplicar un programa de apoyo al sector.

“El año se espera muy negativo para el durazno, la situación es muy precaria ya que no se tiene ningún tipo de apoyo de parte de los gobiernos de los tres niveles: ni municipal ni estatal ni federal, respecto a lo que es la sequía tan larga que afecta a todos los productores del campo; la naturaleza no nos ha socorrido con abundantes lluvias y eso afecta considerablemente”, dijo el productor.

Para la producción de la fruta, esta sequía es un factor negativo porque al no presentarse copiosas lluvias en la región de siembra, la condición propicia la presencia de las plagas y en particular la llegada de la araña roja que afecta cada año a los cultivos y con ello importantes pérdidas para los productores.

No solo la sequía les ha impactado de manera negativa: otro de los factores que al inicio del 2021 tuvieron que afrontar fueron las bajas temperaturas que se registraron en las zonas de cultivo, y en algunos casos provocaron congelamiento de la planta y por ende menor calidad de la producción.

En caso de que lleguen las precipitaciones, mismas que se esperan para mediados de junio y principios de julio, los productores tendrán que cuidar que las granizadas no afecten al producto, de lo contrario provocarían un menor precio en el mercado por el daño generado o en algunas veces se traduce en el fatal desenlace del ciclo agrícola.

El año pasado, la producción de la fruta fue poca pero se logró mantener a un buen precio y se concretó la rentabilidad del producto en El Mineral. La caja con 18 kilogramos tuvo un precio de entre 200 y 250 pesos; para este año consideran casi imposible que se logren alcanzar los precios.

El escenario más catastrófico que han enfrenado fue cuando de mil hectáreas que se sembraron en la región, únicamente se logró recolectar 2.5 por ciento de un cien que se esperaba recoger, es decir, que de cada hectárea se obtuvieron menos de 250 kilogramos de la fruta, y la cifra fue debido a las plagas, el mal temporal y la falta de apoyos para este sector tan olvidado.

En El Mineral, comunidades como Colonia Modelo, Purísima del Maguey, Órganos, Plenitud, San Jerónimo y Tapias de Santa Cruz son regiones que cuentan con superficie de siembra del fruto en sus variedades de amarillo, hueso pegado y criollo y lamentan que los productores dejen a un lado el mejoramiento de las especies para incrementar el valor de su producción.

“El negocio del durazno es muy eventual y es muy aventurero, en un año nos puede ir bien pero en los siguientes cuatro nos va mal, pero no sabemos en qué año nos va a ir mejor porque la gran mayoría de las superficies plantadas son de temporal, entonces dependemos al cien por ciento de las condiciones del clima”, sentenció el productor.

A consecuencia, varios productores han dejado de tener esperanzas en los duraznos y han preparado sus tierras para realizar conversión de los cultivos, enfocados principalmente a forrajes y ahora en las superficies se siembra ajo, cebolla, tomatillo, jitomate y chile; otros más ven futuro en plantar maíz y frijol al ser productos de alta demanda y para tratar de recuperar las inversiones anteriores.

En caso de que el escenario sea benéfico para los productores, una cantidad importante de la producción será comercializada a la capital del país y por ello Mejía resaltó que “muchos de los zacatecanos no sabemos a qué saben los duraznos, tienen un olor, sabor y textura especial”; dijo que también la falta de cultura de apoyo entre productores ha sido factor para que los mejores frutos tengan que ser comercializados en otros estados de la República mexicana.

Debido a la baja producción de la fruta, porque en su gran mayoría es enviada a la Ciudad de México, queda trunco una vez más el proyecto para establecer una procesadora del fruto, sueño sin concretarse por parte de los campesinos para dar valor agregado al durazno y que pudiera comercializarse en pulpa para los jugos, mermeladas, dulces y otros derivados, pero aún no hay esperanzas de concretarse.

“Algunos productores vuelven a plantar durazno después de 10 o 15 años que tumbaron sus huertas, porque no se pueden dejar las tierras en el abandono, hay un sentimiento de pertenencia para evitar que desaparezca la plantación de los frutos en Fresnillo”, finalizó el productor a la espera de que las condiciones mejoren para este sector.

fuente: La Jornada Zacatecas

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