
Nuevo Casas Grandes.- Pese a los estragos y hasta tragedias que se han registrado en los municipios de la región por las lluvias de los últimos días, los productores están complacidos por el agua generada en sus cultivos y lo único que les preocupa, es que se registre una granizada que eche a perder gran parte de su producción pues la cosecha de durazno está empezando.
Son más de 18 mil toneladas de fruta las que aproximadamente se cosechan por temporada, de las cuales algunos huertos ya sufrieron siniestros significativos por las granizadas que vinieron acompañadas con las últimas lluvias, donde los huertos más afectados fueron en la parte de Casas Grandes.
En Nuevo Casas Grandes, en el rancho 5 Milagros se esperan lograr alrededor de 800 toneladas de durazno que inició su pizca o cosecha la última semana de mayo y termina la primera de septiembre, por lo que para los fruticultors, el inicio de las lluvias ha sido una bendición en plena cosecha del fruto, pues conforme pasan las semanas van madurando para su colecta las diferentes variedades que se tienen plantadas en la región.
No obstante, los fruticultores piden solamente que siga lloviendo pero que no granice, pues este fenómeno tiene la particularidad de “picar” o mallugar la pulpa de la fruta y dejarla como producto de venta a granel para mercado de oferta o para tirarla, por lo que las pérdidas pueden ser millonarias al tener que cancelarse los contratos de exportación y los del mercado nacional.
Aunque desconocen cuál sea la durabilidad de los días lluviosos, los fruticultores esperan que se prolonguen hasta septiembre, para cuando tienen considerado terminar con la cosecha de durazno, en donde dependiendo de lo que rinda cada huerto, podrían alcanzarse las 18 mil toneladas en la región o bajar hasta a 15 si hay siniestros como el de las precipitaciones con granizo.
Fuente: El Diario