Secretaría de Agricultura garantiza abasto de romeritos
Para estas fiestas de fin de año, se tiene garantizada la producción de romeritos y de cacahuate, amén de que se mejora genéticamente la flor de Nochebuena para beneficio de los consumidores y productores, de las que hoy en día se cuenta con más de 30 variedades.
Informa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) que en este año se sembraron 231 mil hectáreas de romeritos en la Ciudad de México: Tláhuac y Xochimilco, con una producción de mil 714 toneladas y 180 hectáreas en el Estado de México, sobre todo en el Valle de Chalco, donde se reportó una producción de 2 mil toneladas.
Y en el caso del cacahuate, que no puede faltar en las piñatas, se cuenta con poco más de 101 mil toneladas cuyo valor es de 1,261 millones de pesos.
De los romeritos, platillo tradicional navideño y de fin de año en los hogares del centro de la República, de acuerdo con el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se trata de un quelite, alimento de gran calidad nutrimental.
Aporta fibra, que produce sensación de saciedad, mejora el tránsito intestinal y contribuye a mantener niveles adecuados de colesterol LDL y glucosa en sangre. Su aporte calórico es bajo: una tasa de romeritos cocidos aporta solo 25 calorías. Es gran proveedor de calcio y vitaminas A y C y facilita la absorción de hierro.
Para la Ciudad de México el cultivo de los romeritos representa importante fuente de ingresos sobre todo para comunidades de San Andrés Mixquic, San Nicolás Tetelco y San Gregorio Atlapulco y Xochimilco, que se siembra en chinampas.
Respecto al cacahuate, según el INSP es una excelente fuente de energía y proteína de origen vegetal y ofrece gran aporte de compuestos antioxidantes y grasas saludables.
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Sader garantiza el abasto de este fruto seco infaltable en piñatas y aguinaldos de fin de año.
Su producción sobre todo se centra en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Chiapas y Puebla, que en conjunto aportan más del 70% del volumen nacional.
Esta oleaginosa es originaria de América del Sur. Se cultiva en México dese época prehispánica. En el centro de la República: Puebla y Morelos, se tiene evidencia de domesticación y producción.
Los españoles lo llevaron a Europa y África. Esto contribuyó a que su cultivo y consumo se expandiera por el mundo.
Se utiliza en la elaboración de moles, pipián, salsas, cremas, atole, galleras, pan, dulces, cereales, palanquetas, ensaladas y botanas en la gastronomía. Y en la industria para elaborar mantequilla, aceite, harina, tinta, crema humectante y labiales.