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Reforma eléctrica y cambio climático

El debate que se está realizando sobre la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados se ha centrado sobre cómo fortalecer la participación del sector público en la generación de energía eléctrica.

El debate que se está realizando sobre la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados se ha centrado sobre cómo fortalecer la participación del sector público en la generación de energía eléctrica, descuidando lo que debería ser más importante, que es cómo lograr que México alcance las metas fijadas en la reducción de emisiones de tipo invernadero para el año 2030.

Este debate es sumamente complejo dado que pasa por la interacción de México con Estados Unidos y Canadá, dada la vinculación que existe entre nuestras economías a través de las cadenas globales de valor. En su visita a México la secretaria de Energía de Estados Unidos Jennifer Granholm señaló que: “Estados Unidos valora enormemente nuestra relación con México y ve una promesa tremenda para que la energía renovable impulse la competitividad de América del Norte”, a lo que agregó “México ha sido bendecido con una abundancia de potencial de energía renovable, que, si utiliza por completo, podría impulsar a su propio país al menos diez veces, crear millones de empleos bien remunerados, y desarrollar una extraordinaria industria de exportación orientada a un mundo que necesita soluciones de energía limpia”. En su mensaje mencionó la disposición a invertir en energía geotérmica, la integración de las energías renovables a la red, la reducción del metano y en la electrificación rural.

Esta declaración es importante dada la alta integración productiva que existe con Estados Unidos y Canadá a través de las cadenas globales de valor, por lo que se requiere de un esfuerzo trilateral de descarbonización. Las acciones efectivas en este tema, incluyen cambiar la combinación energética de los combustibles fósiles hacia la electricidad de cero emisiones y otros vectores de energía de bajas emisiones como el hidrógeno; adaptar los procesos industriales y agrícolas; aumentar la eficiencia energética y gestionar la demanda de energía; utilizar la economía circular; consumir menos bienes intensivos en emisiones; implementar tecnología de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCS); y mejorar los sumideros de gases de efecto invernadero tanto de larga como de corta duración.

En este sentido requerimos asumir que las acciones que se tomen en esta materia requieren dialogarse con nuestros socios de la región, en este sentido es sumamente importante la visita de John Kerry – enviado especial del presidente Biden para el cambio climático. Existe la percepción en los Estados Unidos de que la reforma propuesta podría obstaculizar los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y México en materia de energía limpia y clima. La secretaria Granholm señaló que “debemos mantener y mejorar mercados energéticos abiertos y competitivos que beneficien a América del Norte”. Esta visita requiere tomarse como una gran oportunidad para proponer a los Estados Unidos, la necesidad de adoptar una política conjunta en materia energética. Cómo puede observarse en el cuadro el esfuerzo requiere ser conjunto ya que los Estados Unidos tienen que aceptar un compromiso por reducir la generación de energía eléctrica con carbón y conjuntamente reducir la electricidad proveniente del gas. México en esta perspectiva puede comprometerse a mantener las energías renovables, incrementando la energía eólica e incrementar la solar.

Es una gran oportunidad para establecer un compromiso en materia de energía eléctrica regional, podría aprovecharse la experiencia canadiense en la hidroeléctrica que es su principal fuente de generación eléctrica. Estados Unidos no ha sabido aprovechar a sus ríos para generar mayor electricidad, cuenta con ríos de gran longitud y de gran afluencia, como son el Río Misisipi y el Missouri, ambos de gran extensión el primero 3,734 kilómetros y el segundo con 3,767 kilómetros. Un tercero, el Río Grande o Río Bravo de 3,034 kilómetros. En esta perspectiva el compromiso debería ser el establecimiento de metas conjuntas para lograr una generación eléctrica en la región que cumpla con los compromisos de reducir los efectos de los gases invernadero acordados en el Acuerdo de París que tiene como objetivo evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC. De acuerdo al Climate Action Tracker México no está cumpliendo con sus compromisos y de no reformar su estructura energética contribuirá a un aumento de 3.0 ºC. Es momento de llegar acuerdos de lo contrario estaremos encaminándonos a un desastre ecológico mundial.

Fuente: El Financiero

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