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Red dendrocronológica mexicana y su aplicación en el desarrollo del Atlas de Sequía

El territorio mexicano se ha caracterizado por la presencia de sequías severas y prolongadas que han afectado la vida social y económica de su población desde tiempos inmemoriales. El origen de estas sequías, se rige por la variabilidad en las condiciones océano-atmósfera que se originan en los océanos Pacífico y Atlántico y su entendimiento pudiera dar pie a pronósticos climáticos estacionales de largo alcance, que cubran diversas regiones del país y que pudieran minimizar los impactos originados, particularmente por eventos de sequía extrema, de los cuales existe evidencia de estar siendo exacerbados por acciones antropogénicas, que se traducen en calentamiento global.

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Una limitante, sin embargo, lo constituye la corta extensión y representatividad de los registros climáticos disponibles, ya que sólo en casos aislados alcanzan los 100 años de extensión; sin embargo, las series de crecimiento de anillos de árboles, perfectamente datadas al año de su formación, que se pueden extender en el pasado por siglos o milenios, constituyen fuentes indirectas o “proxy” para analizar los patrones espaciales de los regímenes de humedad, su dinámica y los impactos que genera en los ecosistemas y en la sociedad.

Para determinar la frecuencia histórica de sequías, superficie afectada e impactos socio-económico provocado; en los últimos 20 años, el INIFAP ha generado una red de series de crecimiento de anillos de árboles, que se distribuye en gran parte del país, muchas de las series se han utilizado para desarrollar el Atlas de Sequía para México (MXDA, por sus siglas en inglés), el cual representa las condiciones dominantes de sequía para la estación de verano (junio, julio, agosto), condiciones que se fundamentan en el Índice de Severidad de Sequía de Palmer (PDSI, por sus siglas en inglés) y que se extiende de 1600 a 2012 (http://drought.memphis.edu/MXDA/.); estas mismas series dendrocronológicas y algunas adicionales, se integraron a otras de Canadá, Estados Unidos de América y Guatemala para generar un Atlas del Índice Normalizado de Precipitación para Norteamérica (NASPA, por sus siglas en inglés), que cubre el período 1400-2016 (http://drought.memphis.edu/NASPA/), el cual permite determinar a nivel anual, las condiciones dominantes de humedad de las estaciones de invierno y de verano.

La utilidad de estos Atlas de sequía es que permite analizar a nivel estacional  y de manera dinámica, las condiciones históricas de humedad prevalecientes en cada región del país, el contraste existente en las condiciones climáticas dominantes del norte y sur de México (dipolo), la frecuencia en que se han presentado eventos secos y húmedos, sus tendencias en el tiempo y los fenómenos de circulación general océano-atmósfera que potencialmente determinan dicha variabilidad, como es el caso del Niño Oscilación del Sur, fenómeno circulatorio de mayor influencia en determinar la variabilidad de la precipitación durante el período invernal y en eventos intensos de este fenómeno, con afectaciones a nivel anual, lo que impacta la disponibilidad hídrica, producción de alimentos, incremento en la incidencia de incendios forestales, entre otros efectos colaterales.

El desarrollo de estos atlas, no hubiera sido posible, sin la participación de personal del INIFAP en redes colaborativas de investigación, donde los Drs. David W. Stahle (dstahle@uark.edu) y Edward R. Cook (drdendro@ldeo.columbia.edu), de las Universidades de Arkansas y Nueva York, respectivamente, expertos en dendroclimatología y en el desarrollo de Atlas de sequía en diversas regiones del planeta, que lideraron estas iniciativas.

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La integración de una red dendrocronológica de mejor representatividad nacional es dinámica y cada vez se involucran nuevas especies, tanto de coníferas como de latifoliadas presentes en diversos ecosistemas del país; lo que ha permitido nuevas aplicaciones en temas de producción de biomasa, captura de carbono, contaminación ambiental, reconstrucciones hidrológicas, impacto de plagas y enferemedades, cambio climático, conservación de especies, entre otros.

El desarrollo de este tipo de estudios de alcance nacional, se han financiado a través de fondos fiscales del INIFAP, CONACYT y fondos intenacionales como los IAI, NSF y WWF; además de lo anterior, se ha colaborado con investigadores de la UNAM, Colegio de Posgraduados, Universidad Autónoma de Tamaulipas, Universidad Autónoma de Hidalgo, Universidad Autónoma de Chihuahua, CICESE, con el mismo propósito.

 

 

Contacto

Dr. José Villanueva Díaz

Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta, Atmósfera (CENID RASPA) 

villanueva.jose@inifap.gob.mx 

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