Agricolas

Prácticas sustentables para cereales y forrajes en la mixteca oaxaqueña

La importancia de las prácticas sustentables radica en producir alimentos más sanos, que no dañen la salud del ser humano ni de los animales que los consumen, y deben realizarse bajo el uso más racional de los recursos del suelo y agua.

En el caso de los forrajes, se utilizan variedades de avena y triticale con tolerancia a enfermedades para evitar la aplicación de productos químicos para su control; cuando estas especies se combinan con leguminosas como ebo o chícharo, además de producir un forraje más nutritivo para el ganado, se realiza la fijación biológica de nitrógeno, fertilizando el suelo de manera natural.

El M.C. Leodegario Osorio Alcalá, investigador de trigo y avena del Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca, perteneciente al Centro de Investigación Regional Pacífico Sur (CIRPAS) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) señaló lo anterior, y dijo que hablar de sustentabilidad es referirse a prácticas de producción donde se utiliza la menor cantidad de insumos químicos, que se sustituyen por diversos productos como fertilizantes orgánicos con base en estiércoles, uso de trampas para el control de plagas del follaje y de la raíz de los cultivos, variedades con tolerancia a enfermedades, prácticas de manejo del suelo que promueven la formación de materia orgánica en el suelo, rotación de cultivos cereales-leguminosas para la fijación biológica de nitrógeno y  uso de micro organismos en tratamiento a la semilla, principalmente.

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Al referirse a los fertilizantes orgánicos o bioinsumos informó que se trata de abonos orgánicos provenientes de estiércol de ganado, mezclados con residuos de cosecha como paja de trigo y en ocasiones también se le agregan lombrices. Esto se realiza mediante un proceso de lavado con agua, a través del cual se liberan los nutrientes y son enriquecidos con micro organismos de montaña para tener mejor asimilación de los nutrientes que contiene el material proveniente del lavado y que se denomina lixiviado. El producto final es un líquido color café oscuro al que, antes de ser aplicado a los cultivos, se le miden los valores de conductividad eléctrica (CE) y el PH para asegurar que no ocasionen daños al cultivo.

El M.C. Osorio Alcalá destacó que la cantidad de producto a utilizar varía de acuerdo al cultivo y tipo de suelo, y que, en el módulo de variedades de trigo en transición agroecológica, en el cual se trabaja, se realizaron 2 aplicaciones: La primera aplicación se realizó en estado de amacollo con 1,750 litros por hectárea con valores de CE 14.6 y pH 6.6,  y la segunda aplicación se realizó en estado de “encañe” con valores de CE de 17.2 y pH 6.2 con una cantidad de 2,500 litros por hectárea, ambas aplicaciones se realizaron dirigidas al suelo en “drench” (chorro).

Subrayó que actualmente se fomenta el Sistema de Agricultura de Conservación que se basa en tres principios: mínimo movimiento del suelo, presencia de residuos de cosecha sobre el suelo y diversificación de cultivos. Con este sistema se promueve la formación de materia orgánica, incrementamos el almacenamiento y conservación de humedad en el suelo, mejoramos la fertilidad del suelo, se reducen costos de producción y se diversifican los ingresos; estas prácticas contribuyen a reducir el efecto del cambio climático.

Bajo el sistema de agricultura de conservación se producen forrajes con las mezclas de avena-triticale-ebo y avena-triticale-chícharo con la ventaja que incluyen mayor cantidad de proteína y fibra, la fijación biológica de nitrógeno atmosférico, reducción de costos de producción y mayor aprovechamiento de la humedad por la presencia de residuos de cosecha.

Más adelante, se refirió al almacenamiento hermético de granos que se realiza en la región, y al explicar las ventajas que ofrece al productor dijo que es una tecnología basada en la hermeticidad en recipientes como: silos, bolsas plásticas, tambos o botellas de Pet, que no permiten la entrada de oxígeno y con ello se reduce el daño de plagas de granos almacenados, pues éstos requieren de oxígeno para sobrevivir. Con esta tecnología se evita el uso de productos químicos para su control; es decir, se consume un grano sano e inocuo que no daña la salud de los productores.

 

Contacto

M.C Leodegario Osorio Alcalá, investigador del Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca. (CIRPAS)

osorio.leodegario@inifap.gob.mx

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