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Papaya con semillas de calidad

En los últimos seis años la demanda de papaya en México ha aumentado considerablemente. Actualmente se mantiene una producción constante, siendo el promedio de producción de fruta de aproximadamente 1’006,332.18 toneladas. Debido a sus usos múltiples, su demanda en el mercado nacional e internacional se ha incrementado, ya que la pulpa se consume en fresco o se utiliza en la elaboración de mermeladas, el látex sirve para clarificar cerveza y con las semillas se elaboran medicamentos para el control de endoparásitos en bovinos.

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El M.C. Pablo Ulises Hernández Lara, investigador del Campo Experimental Huimanguillo perteneciente al Centro de Investigación Regional Golfo Centro (CIRGOC) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) indicó, que para satisfacer la demanda es necesario establecer plantaciones con plántulas obtenidas de semilla de calidad y promover el buen desarrollo de éstas. Señaló que la producción de plántulas se debe realizar en invernaderos convencionales o elaborados con materiales que se pueden obtener en la región, y con ello, proporcionar un ambiente ideal para lograr una buena germinación, que es el proceso inicial mediante el cual la semilla se desarrolla hasta convertirse en una nueva planta.

El investigador manifestó, que para realizar la germinación de semillas y desarrollo de las plántulas se debe de valorar la calidad de la semilla que es definida por su origen, homogeneidad, pureza, sanidad y porcentaje de germinación. Las calificaciones altas en estas características permiten obtener plántulas vigorosas, que se adaptarán fácilmente a las condiciones ambientales cuando se realice su trasplante definitivo.

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Para obtener una germinación rápida y uniforme de la semilla, antes de la siembra se recomienda la inmersión de ésta en agua por 36 horas, cambiando el agua cada seis horas. Se sugiere sembrar la semilla con el tratamiento pregerminativo en charolas de 200 cavidades a una profundidad de 1.5 a 2.0 centímetros, cubriéndola con suelo o sustrato para evitar daños por aves, insectos o deshidratación. Las plántulas emergen de 10 a 15 días después de la siembra, dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad. Entre 25 y 30 días después de la siembra, las plántulas se deben pasar a charolas de 50 cavidades, para promover un mejor crecimiento y un desarrollo homogéneo de éstas.

Precisó que en cuanto al suelo o sustrato donde germinará la semilla, debe ser poroso, de textura fina y con baja retención de agua. El sustrato puede elaborarse con base en residuos vegetales, hojarasca, cascarillas de arroz o café, mezcladas con estiércol de vaca, borrego u otros animales. Para evitar daños por patógenos a las semillas, antes de la siembra es necesario desinfectar el sustrato, lo cual se puede realizar aplicándole directamente agua caliente, o bien, mediante la técnica de solarización, que consiste en exponer directamente el sustrato a los rayos del sol.

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El M.C. Hernández Lara detalló que el Vivero o Invernadero donde se van a desarrollar las plántulas debe cubrirse con plástico, lámina o malla transparente, para protegerlas de lluvias fuertes, luz, plagas y enfermedades, ya que estos factores afectan negativamente la calidad de las plántulas. El riego debe aplicarse diariamente con regadera, simulando una lluvia, hasta que el suelo o sustrato quede suficientemente húmedo.

En esta investigación también participó el M.C. Felipe Mirafuentes Hernández, quien señaló que las plagas y enfermedades más comunes que pueden presentarse durante el desarrollo de las plántulas son:  Ácaro blanco; Ácaro de dos manchas; Larvas de insectos masticadores; Mosca blanca y Piojo harinoso. Estas plagas se pueden controlar en los primeros estadios, con productos formulados con base en azufre elemental en dosis de 2 a 4 gramos por litro de agua.

Finalmente, el investigador manifestó que, para el trasplante de las plántulas al terreno definitivo, se recomienda que éstas tengan de cuatro a cinco hojas bien desarrolladas (fotosintetizadoras), a una altura promedio de 15 a 20 centímetros y un grosor del tallo de 0.3 a 0.5 centímetros. También puede realizarse a los 60 días después de la siembra de la semilla.

Para mayor información consultar la Biblioteca Digital del INIFAP en la siguiente Liga Electrónica:  https://vun.inifap.gob.mx/BibliotecaWeb/_Content?/=14543 

 

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