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Lechuga

Esta hortaliza cuenta con un sinfín de variedades y se puede combinar con ingredientes de cualquier tipo y para todos los gustos. Su gran poder de adaptación a distintos espacios o climas hacen que su cultivo sea sencillo y tenga un valor diferencial.

La raíz no llega nunca a sobrepasar los 25 cm de profundidad, es pivotante, corta y con ramificaciones, de tallo cilíndrico y ramificado.

Durante la fase de crecimiento del cultivo se requieren temperaturas entre 14ºC a 18ºC por el día y 5ºC a 8ºC por la noche, pues la lechuga exige que haya diferencia de temperaturas entre el día y la noche, siendo una temperatura óptima de germinación entre 18-20ºC.

Cuando la lechuga soporta temperaturas bajas durante algún tiempo, sus hojas toman una coloración rojiza, que se puede confundir con alguna carencia.

El sistema radicular de la lechuga es muy reducido en comparación con la parte aérea, por lo que es muy sensible a la falta de humedad y no soporta un periodo de sequía, aunque éste sea muy breve.

Los suelos preferidos por la lechuga son los ligeros, arenosos/limosos, con buen drenaje, situando el ph óptimo entre 6,7 y 7,4. En cultivos de primavera, se recomiendan los suelos arenosos , pues se calientan más rápidamente y permiten cosechas más tempranas.

En México, en 2021 se tuvo una producción de lechuga de 509 mil 84 toneladas, siendo Guanajuato, Zacatecas y Puebla las entidades líderes, además, actualmente se cultivan las variedades:

  • Lechuga baby
  • Lechuga baby leaf
  • Lechuga escarola
  • Lechuga orejona
  • Lechuga romana

En México, las más producidas son la Romana y la Orejona, quienes en su conjunto aportan 98 por ciento de la cosecha nacional.

Gracias al trabajo de las y los productores mexicanos, nuestro país se colocó como el noveno productor de lechuga a nivel mundial, con una participación de 1.8 por ciento y una tasa media anual de crecimiento de 4.2 por ciento.

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