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La industria pesquera mexicana está en riesgo

El sector pesquero mexicano empieza 2022 remando contra marea. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) anunció restricciones portuarias a todas las embarcaciones pesqueras mexicanas en el Golfo de México. A partir del 7 de febrero, las que cuenten con bandera mexicana tienen prohibido ingresar a los puertos de ese país.

Esta medida se impuso a partir del reporte bianual que entregó la NOAA al Congreso de Estados Unidos en agosto de 2021. En dicho informe, México recibió una certificación negativa, ya que embarcaciones con bandera mexicana realizan actividades de pesca ilegal en aguas estadounidenses y capturan peces de gran valor para el sector pesquero como el huachinango. De igual forma, se detectó la captura incidental de tortugas marinas, las cuales se encuentran en peligro de extinción. Los científicos de la NOAA sostienen que los varamientos (encallamientos) de tortuga que se han detectado, son en parte resultado de la captura incidental de embarcaciones mexicanas que pescan ilegalmente en aguas estadounidenses.

Es urgente que México tome medidas contundentes para combatir la pesca ilegal, no solo para acceder a mercados internacionales sino también para cuidar nuestros recursos marinos y la salud de nuestros mares, que guardan un frágil equilibrio.

El estado de salud de los mares mexicanos es crítico y no puede esperar a que la autoridad pesquera despierte de su aletargamiento. Se estima que aproximadamente cuatro de cada 10 especies pesqueras se encuentran sobreexplotadas, entre ellas el huachinango. Asimismo, desde Oceana hemos registrado que las zonas de mayor protección, como las áreas marinas protegidas, no cumplen con su objetivo de conservar ecosistemas prioritarios, no cuentan con las herramientas de protección ni con el presupuesto público necesario para su adecuado funcionamiento.

México ya había sido señalado previamente por este mismo problema en 2015 y 2017. Desde 2019, fue alertado sobre la certificación negativa por incurrir en actividades de pesca ilegal; sin embargo, la autoridad estadounidense determinó que nuestro país no logró demostrar avances significativos en la reducción de estos eventos. A diferencia de México, Ecuador y Corea recibieron certificaciones positivas por tomar acciones para remediarlo.

La certificación negativa tiene como resultado no solo la prohibición de entrada a los puertos, sino restricciones comerciales sobre los productos pesqueros. Hay que tomar en cuenta que, en 2018, Estados Unidos importó casi 4.8 toneladas de huachinango desde México, con un valor declarado de 33 millones de dólares. ¿El gobierno mexicano esperará a que se imponga otra sanción comercial para tomar con la seriedad necesaria estas advertencias?

Estas medidas impactan a todas las personas que trabajan en la cadena de valor de los productos pesqueros: quien pesca el producto, quien lo transporta y quien lo comercializa.

Esto sucede únicamente tres meses después de que México recuperó la certificación para exportar camarón a Estados Unidos. El 30 de abril de 2021 México perdió la certificación debido a que se detectaron embarcaciones que no usaban Dispositivos Excluidores de Tortugas (DET), la cual se recuperó el 19 de octubre. Por seis meses, México perdió la posibilidad de exportar uno de sus más valiosos productos pesqueros a su principal socio comercial.

Octavio Almada, titular de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) compareció ante el Senado el 20 de julio y afirmó que se tomarían las medidas necesarias para que una situación de este tipo no se repita. Sin embargo, hoy estamos frente a una nueva sanción. Parece que la tarea de conducir la política pesquera le está quedando grande a la dependencia.

Es necesario que el gobierno mexicano, en particular las autoridades encargadas de velar por el comercio y las relaciones exteriores, participen en el combate a la pesca ilegal y la protección del sector pesquero mexicano, que representa empleos e importantes ingresos para la economía mexicana. Solo en 2020, el valor por exportaciones de pescados y mariscos en México fue de más de 6,000 millones de dólares respecto.

Sin embargo, herramientas que podrían funcionar para mejorar la situación, como un proyecto de Norma de Trazabilidad que se presentó en diciembre de 2019 —con la participación de integrantes del sector pesquero y organizaciones civiles—, lleva desde marzo de 2021 detenido en Conapesca. Esta permitiría conocer el trayecto que recorren los productos pesqueros, desde el barco hasta nuestros platos.

Es posible lograr un sector pesquero sustentable, asegurar trabajo digno para las y los pescadores que cumplen con la ley, y posicionar a México en mercados internacionales como proveedor de productos pesqueros de gran calidad que respeta los ecosistemas marinos. Simplemente es necesario que las autoridades inviertan tiempo y recursos en la implementación de políticas públicas con impacto real.

Estados Unidos dijo estar listo para restablecer los privilegios portuarios a las embarcaciones pesqueras mexicanas una vez que se emprendan las acciones necesarias. Es momento de que nuestro país tome las medidas que el sector pesquero requiere y demuestre que su compromiso en el combate de la pesca ilegal y la protección de los océanos es real.

Mariana Aziz es directora de Transparencia en la organización Oceana México.

Fuente: MARIANA AZIZ*. THE WASHINGTON POST.

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