Impacto económico de la neumonía en becerras lecheras

El objetivo de la crianza de becerras es producir futuras vacas productoras de leche rentables y eficientes. El tiempo que pasa desde el nacimiento de la becerra hasta su primer parto y su primera lactación representa una inversión de recursos bastante considerable. Existen diferentes estrategias para optimizar el uso de dichos recursos y mejorar la productividad. En los primeros meses de vida las becerras son muy susceptibles a diversas enfermedades, tales como neumonia y diarreas, estas enfermedades afectan negativamente la productividad. El objetivo de este escrito es ayudar a comprender como afecta la neumonia a la productividad y discutir algunas opciones de tratamiento y prevención.
Objetivos de producción en la crianza de becerras
Para disminuir el costo de producción de una becerra es necesario que el primer parto de ésta sea entre los 22 a 24 meses de edad, en las becerras que paren a una edad mayor se gasta una mayor cantidad de dinero para su mantenimiento y aumenta su costo de producción. Por otro lado, las becerras que tienen su primer parto antes de los 22 meses tienen mayor riesgo de distocias y menor desempeño productivo durante su primera lactancia, eso conlleva a diversos problemas de salud durante los primeros días posparto e infertilidad y a menudo estos animales son eliminados del hato a una edad muy temprana. (Nilforooshan et al., 2004)
Otro factor importante que se debe considerar es la producción de leche de las vaquillas durante su primera lactación, la cual también es afectada por la edad al primer parto y por el peso corporal. De esta manera la producción de leche de las vaquillas es mayor entre más peso tengan al primer parto (Ettema et al., 2004). En ganado Holstein se ha observado que la máxima productividad se da cuando las vaquillas paren con el 82 % del peso maduro. El peso maduro corresponde al peso de las vacas de 3er parto del hato, por ejemplo, si nuestras vacas pesan en promedio 650 kg, el 82 % corresponde a 533 kg. Es posible tener pesos mayores a éste, sin embargo, también la condición corporal será mayor. Si la condición corporal es de 3.75 o mayor la posibilidad de distocias y enfermedades reproductivas después del parto aumentan. Por otro lado, se ha observado que las vaquillas con alta condición corporal depositan mayor cantidad de grasa en la ubre y la producción de leche disminuye. (Hoffman et al., 1996;)
Para logar que las vaquillas paran a los 22-24 meses de edad es necesario que a los 13-15 meses estén siendo inseminadas y queden gestantes, para esto se requiere que a esta edad tengan aproximadamente el 55 % de su peso maduro, nuevamente si el peso de nuestras vacas de 3er parto es de 650 kg, el 55 % de este peso corresponde a 357 kg, este es el peso que deben de tener las vaquillas a los 13 meses de edad para aumentar la fertilidad y lograr que queden gestantes, adicionalmente también se recomienda que la altura a la cruz de estas vaquillas sea de entre 121 a 127 cm.
El tercer factor que repercute en la producción de leche en la primera lactación de las vaquillas es su velocidad de crecimiento durante la fase de crianza. Cuando el ritmo de crecimiento es entre 720 a 860 g/día la producción de leche en la primera lactancia es mayo. (Zanton et al., 2005). Si destetamos a una becerra de 2 meses de edad con 80 kg, debe crecer a un ritmo de 820 g/d para que en 11 meses más (334 días) acumule 277 kg para lograr el objetivo de pesar 357 kg a los 13 meses. Las becerras Holstein que crecen a un ritmo mas acelerado durante el periodo de crianza (2 a 13 meses) a menudo depositan mayor cantidad de grasa en la glándula mamaria en desarrollo y disminuye su capacidad de producción de leche en la primera lactación.
Objetivos de crecimiento en becerras Holstein a diferentes edades para maximizar la productividad
A menudo se mide el logro de estos objetivos por el promedio de peso o el promedio de edad que tienen las becerras a la primera inseminación o al primer parto, sin embargo, cuando se miden únicamente los promedios, no es posible identificar cuales son los animales sobresalientes y cuales los que tienen un comportamiento productivo menor, para esto se recomienda evaluar el porcentaje de animales que cumplen los objetivos planteados, el cual debe ser superior al 90 %.
Otro objetivo adicional es que de cada 100 becerras que nacen, lleguen hasta el primer parto y a su primera lactación el 95 %. Dicho de otra manera, es aceptable solo el 5 % de mortalidad desde el nacimiento hasta el primer parto.
Neumonía clínica y subclínica
La neumonia clínica es aquella en la que los animales manifiestan signos clínicos, si el personal responsable del cuidado de las becerras detecta a tiempo estos signos los animales deben recibir un tratamiento oportuno. Sin embargo, a pesar del éxito clínico del tratamiento, muchas becerras permanecen con lesiones por mucho tiempo.
Aproximadamente entre 5 y el 55 % de las becerras presentan neumonia clínica en los primeros 3 meses de vida. El objetivo es que el número de casos de neumonía no sea mayor al 10 %.
Existe otro tipo de neumonía en la cual la becerra no manifiesta signos clínicos de enfermedad, o bien después de un evento clínico y de la administración de un tratamiento aparentemente fue curada, sin embargo, las lesiones provocadas permanecen por mucho tiempo, con el uso de ultrasonografía es posible detectar lesiones, a este tipo de presentación de neumonia se le ha denominado neumonía subclínica (Ollivet et al., 2011, Buczinski et al., 2013).
Esta menor ganancia diaria de peso repercute sobre los objetivos de producción planteados, la edad a la primera inseminación y la edad al primer parto aumentan.
Efecto de la neumonía en el periodo de crianza sobre la productividad de las becerras lecheras.
La presencia de neumonía durante la etapa de crianza afecta el crecimiento y el desarrollo y tiene efectos negativos a largo plazo sobre la supervivencia de las becerras, la reproducción, la edad a primer parto, la producción de leche y la vida productiva total.
Efecto de la neumonia sobre la supervivencia
Las becerras que presentan neumonía durante la etapa de crianza presentan mayor riesgo de morir o ser eliminadas del hato durante su vida productiva. En un estudio reciente (Closs, 2017), se encontró que solo el 90.2 % de las becerras que presentaron neumonia en la crianza llegaron a su primer parto, en el caso de las becerras que no se enfermaron el porcentaje de becerras que llegaron al primer parto fue del 94.7 %. Este autor no encontró diferencias en la supervivencia de las becerras después del primer parto. Por el contrario, Bach (2012) clasificó a las becerras por el número de veces que se enfermaron durante la crianza y encontró que solo 85 % de las becerras que se enfermaron mas de 4 veces sobreviven a su primera lactación, en las becerras que se enferman 2 o 3 veces completan su primera lactación el 92 % y las becerras que nunca se enfermaron sobreviven a su primera lactación el 94%.
Efecto de la neumonía sobre el crecimiento y desarrollo
En diversos estudios se ha comprobado que las becerras que se enferman de neumonia en los primeros meses de vida tienen una menor ganancia diaria de peso. Este efecto es mas marcado si los animales se enferman de neumonia en varias ocasiones (Bach, 2012) En los estudios en los que se ha evaluado el efecto de la neumonia clínica, es decir becerras que se observaron enfermas, la ganancia diaria de peso del nacimiento a los 6 meses fue de 637 g/d, mientras en las becerras que no se observaron enfermas la ganancia fue de 704 g/d. En las mismas becerras, la ganancia de peso de los 6 a los 25 meses también fue menor en las becerras enfermas (Strapak et al., 2013).
Recientemente, se ha observado que algunas becerras que se recuperan de un evento de neumonia quedan con lesiones pulmonares las cuales son detectadas mediante el uso de ultrasonografía, o peor aún, existen becerras que nunca manifiestan signos clínicos, sin embargo, cuando se realiza el ultrasonido se encuentran lesiones, este tipo de neumonia es llamado neumonia subclínica (Ollivet et al., 2011, Buczinski et al., 2013)
Esta menor ganancia diaria de peso repercute sobre los objetivos de producción planteados, la edad a la primera inseminación y la edad al primer parto aumentan.
Efecto de la neumonía sobre la edad al primer parto
Las becerras que presentaron neumonía durante la crianza presentaron su primer parto a una edad de 732 días en promedio, mientras que las becerras sanas parieron a los 724 días (Bach, 2012). En otro estudio en el cual se midió la presencia de lesiones pulmonares en becerras de 60 días de edad mediante ultrasonografía, se encontró que la edad al primer parto fue 8 días más para las becerras que presentaron lesiones, las becerras sanas parieron a una edad de 702 días mientras que las enfermas parieron a los 714 días (Stanton et al., 2012). El costo de producción de una becerra desde el nacimiento al primer parto es aproximadamente $30.00 por día, si la neumonia aumenta en 10 días la edad al primer parto esto representa un aumento aproximado de $300.00 en el costo de producción de la becerra.
Efecto de la neumonía sobre la reproducción
Los estudios acerca del efecto de la neumonía sobre la reproducción son escasos. En un estudio, reciente, la tasa de preñez al primer servicio de las becerras fue de 62 % en las becerras sin lesiones contra 52.5 % en las becerras con lesiones pulmonares, lo cual contribuye al aumento en la edad promedio al primer parto (Teixeira et al., 2017).
Cuando se evalúa el efecto de la neumonia sobre el peso al primer parto, los resultados son menos consistentes, en diversos estudios no se ha encontrado un efecto negativo, es decir el peso al primer parto es similar entre becerras con y sin neumonia, la razón de estos resultados se debe a que las becerras con neumonia a menudo tienen una mayor edad al primer parto, por tanto, tienen mayor número de días de crecimiento comparada con las sanas e igualan el peso al primer parto.
Efecto de la neumonía sobre la producción de leche.
En un estudio en el cual clasificaron a las becerras como sanas o enfermas con base en criterios clínicos, las becerras que presentaron neumonía clínica durante la crianza, redujeron su producción de leche en aproximadamente 122 L en su primera lactación y 91.5 L en la segunda lactación (Closs et al., 2017). En otro estudio, en el cual se determinó la presencia de neumonía subclínica al destete mediante la presencia de lesiones pulmonares con ultrasonido, las becerras que presentaron lesiones mayores a 3 cm produjeron 526.3 litros de leche menos en su primera lactación (Dunn et al., 2018).
Si consideramos un costo de $7 por litro de leche, se puede estar perdiendo $3684 pesos por concepto de disminución de la producción de leche en la primera lactación por becerra. En este estudio el porcentaje de becerras con lesiones fue del 57 %. Por lo que se estima una pérdida aproximada de $209,874.00 por cada 100 becerras que se desarrollan.
Prevención y Tratamiento de la neumonía
La neumonia o complejo respiratorio bovino es causada por múltiples factores, el estrés, la desnutrición, la depresión de la inmunidad, alta exposición a agentes infecciosos, cambios bruscos de temperatura, ambientes con mala ventilación, etc, pueden desencadenar una infección. A menudo, las infecciones virales también deprimen al sistema inmune y esto permite que, bacterias que habitan de manera normal el tracto respiratorio superior bajen y se alojen en los pulmones causando una respuesta inflamatoria. Dependiendo del tipo de bacteria la inflamación puede ser aguda y a menudo fatal, lo cual causa neumonia de tipo fulminante con alta tasa de mortalidad como en el caso de neumonia causada por M haemolytica, o bien neumonia de tipo crónico como la causada por Histophilus somni, Pasteurella multocida o incluso Mycoplasma bovis. (Bednarek et al., 2012)
La prevención se basa en proveer una adecuada inmunidad a las becerras, la cual se obtiene a través de la aplicación de vacunas a las madres para incrementar la síntesis de anticuerpos que pasaran a través del calostro, posteriormente, es necesario tener un programa adecuado de manejo y administración del calostro a las becerras en las primeras horas de vida para aumentar la absorción de anticuerpos. Es posible administrar vacunas intranasales en la primera semana de vida a las becerras, las cuales no interfieren con los anticuerpos maternos obtenidos a través del calostro. (Cortese, 2007)
El siguiente paso en los programas de prevención de la neumonia está basado en el manejo del ambiente, tener alojamientos limpios y bien ventilados, evitar el hacinamiento, evitar el contacto entre las becerras cuando se encuentran en sus becerreras individuales, rotar y desinfectar de manera frecuente el lugar donde esta cada becerrera. (Maunsell, 2008)
El objetivo de los programas de prevención es tener menos del 10 % de becerras enfermas de neumonia.
Tratamiento y control de neumonía
La identificación de animales enfermos y su tratamiento oportuno es una parte importante del programa de prevención, ya que además de disminuir la mortalidad se evitará la diseminación del problema (Callan, 2002). Además de identificar y tratar a las becerras cuando comienzan a manifestar los primeros signos clínicos, el uso de antibióticos de probada eficacia es parte del éxito del programa de tratamientos. Los antibióticos de elección para el tratamiento de neumonia en becerras incluyen: oxitetraciclinas (10 a 20mg/kg), florfenicol (40 mg/kg), enrofloxacina (12.5 mg/kg) tulatromicina (2.5 mg/kg), tilmicosina (10mg/kg) tildipirosina (4 mg/kg) (Gorden et al, 2010). Parte importante del tratamiento también incluye la administración de antiinflamatorios para reducir la fiebre, mejorar rápidamente el consumo de alimento y reducir el grado de lesiones al pulmón. Entre los antiinflamatorios más utilizados se encuentran los antiinflamatorios no esteroidales o AINES como el carprofeno (1.4 mg/kg), flunixina (2.2 mg/kg), dipirona (30 mg/kg) y meloxicam (0.5 mg/kg). También se encuentran disponibles los antiinflamatorios esteroidales como la dexametasona, flumetasona, etc, sin embargo, estos tienen un efecto inmunosupresor.
El objetivo del tratamiento es curar entre el 80 y 90 % de los animales tratados, cuando el porcentaje de animales que no se recuperan y requieren un segundo o tercer tratamiento es mayor al 20 %, se debe revisar el tipo de antibiótico y antiinflamatorio que se esta utilizando, así como también el protocolo de revisión y detección de animales enfermos.
En estudios recientes se han evaluado el uso de antibióticos en forma de metafilaxia. Es decir, la administración de antibióticos a todos los animales con fines preventivos, independientemente si están enfermos o no. El fundamento de esta forma de uso de los antibióticos se basa en que existen factores de riesgo tales como el destete, el alojamiento de animales en grupos, temporadas de frio, los cuales generan mayor estrés y depresión de la inmunidad y el riesgo de que se presenten casos clínicos y subclínicos aumenta. La administración de antibióticos a todos los animales previo a estos periodos de estrés disminuye la presentación de casos clínicos y subclínicos.
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Conclusiones.
En conclusión, la neumonia causa notables pérdidas económicas. Si el costo del programa de prevención mediante vacunas y antibióticos para la prevención de neumonia oscila entre $50 y $150, el costo de la prevención en 100 animales sería entre $5,000 y $15,000. Esta cantidad es mínima comparada con las pérdidas causadas por el mayor número de días para llegar al primer parto, por la menor producción de leche, y por los animales que son eliminados del hato antes de que lleguen al primer parto y durante la primera lactación las cuales superan los $220,000.00 por cada 100 becerras.