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Escasea mano de obra en establos

Además de la crisis económica que enfrenta el sector lechero, tienen otro problema, se está dificultando conseguir mano de obra para los establos, ya que los hombres de la región prefieren irse a trabajar a las maquiladoras, debido a que la actividad de la ordeña es muy demandante y las vacas siempre dan leche, según narró Guadalupe Gómez Cárdenas, productor.

Durante este año la producción de leche ha sido azotada por diferentes problemáticas, desde el común estira y afloja del precio del producto, el incremento de los insumos, la falta de agua en la región, el coyotaje y hasta la falta de mano de obra les está perjudicando.

“Tengo 15 años levantándome a las dos de la mañana sin falta, porque las vacas no dejan de dar leche”: ganadero

Además de la crisis económica que enfrenta el sector lechero, tienen otro problema, se está dificultando conseguir mano de obra para los establos, ya que los hombres de la región prefieren irse a trabajar a las maquiladoras, debido a que la actividad de la ordeña es muy demandante y las vacas siempre dan leche, según narró Guadalupe Gómez Cárdenas, productor.

Durante este año la producción de leche ha sido azotada por diferentes problemáticas, desde el común estira y afloja del precio del producto, el incremento de los insumos, la falta de agua en la región, el coyotaje y hasta la falta de mano de obra les está perjudicando.

Es difícil conseguir mano de obra para el campo y la ganadería, ahora prefieren irse a la maquiladora donde tienen libre el sábado y domingo, señaló Gómez Cárdenas, quien se ocupa de sus propios animales, “tengo 15 años levantándome a las dos de la mañana sin falta, porque las vacas no dejan de dar leche a diario, llueva, truene o relampaguee”.

El caso de don Guadalupe Gómez, que además es integrante de la Asociación de Pequeños Productores en Meoqui, no es el único, pues sus vecinos y compañeros han detectado que cada vez es más difícil encontrar personas responsables que aguanten los horarios de ordeña y trabajos en los corrales de las vacas.

“Lo que friega en este trabajo es la rutina”, aceptó don Lupe, quién vive con su esposa y un hijo, se sostiene de la producción de leche y para poder sacar adelante a su familia, todos los días se pone de pie desde las dos de la mañana para comenzar con la ordeña, la limpieza y el alimento de los animales que tiene en su pequeño establo.

“Aunque en las maquilas tienen más días de descanso y tienen sombra siempre, el sueldo es menor, mientras que en los corrales se gana un poco mejor, a pesar de la situación económica”, explicó el entrevistado, quien además agregó que no cambiaría por nada la vida en el rancho, pues incluso el Covid-19 no ha llegado a su familia.

A principios del 2020 se contabilizaban mil 300 establos, a la fecha han desaparecido 270 y los que quedan siguen sorteando las diferentes problemáticas que se les están presentando.

Fuente: El Diario

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