La sostenibilidad, un tema que nos atañe a todos

A veces se piensa que la sostenibilidad es un tema que sólo interesa a la clase media o media alta, o a los países ricos, pero no es así. Todos debemos pensar que los efectos de las acciones humanas sobre el medio ambiente ya los tenemos en nuestra vida cotidiana, afirmó Iván Facundo Rubinstein.
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM dijo que cada uno “tenemos una responsabilidad con nosotros mismos, nuestro ambiente y las generaciones venideras”.
Durante el programa Vida Cotidiana. Sociedad en Movimiento, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, transmitido por Radio UNAM, explicó que la sustentabilidad cuestiona “qué estamos haciendo con nuestra forma de ser y estar en el mundo”, y si vamos a poder vivir en armonía con el resto del ambiente.
Al hablar de “Sociedad y sustentabilidad: educar para transformar”, señaló que la forma más sencilla de entender dicho concepto –que es político, porque surge de un cruce entre instituciones y movimientos sociales a partir de los años 80–, es pensarlo como la forma mediante la cual, como sociedad, nos relacionamos con el ambiente.
Desde la Segunda Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, Brasil (1992), se estableció el principio esencial de que nuestro crecimiento no tiene que ser a costa de las generaciones futuras; sin embargo, no ha ocurrido así.
La existencia de “islas” de basura flotando en los océanos Pacífico norte y sur, así como en el Atlántico norte, además de un vertedero de ropa usada en el desierto de Atacama, Chile, donde la mayoría de los desechos son de fast fashion (se usan dos o tres veces y luego se desechan) y se calcula el ingreso de 40 mil toneladas de basura anuales.
Actualmente, comentó Iván Facundo Rubinstein, estamos ante la sexta extinción masiva, causada por la acción específica de los seres humanos. Hoy, en la lista de especies en peligro de desaparecer se encuentran los axolotes, osos polares, lémures, chimpancés y muchas otras, afectadas por las prácticas productivas humanas, alertó el universitario.
De igual modo, los veranos son cada vez más calurosos y los inviernos menos fríos, lo cual impacta en las cosechas. Según los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático se estima que el 45 % del maíz mexicano se perderá por el aumento de la desertificación y la falta de agua. Muchas familias no podrán acceder a los alimentos, que van a ser más caros, y otras más se verán obligadas a dejar sus milpas porque ya no se podrá sembrar y cosechar.
Para disminuir nuestra huella ecológica de forma abrupta, el académico recomendó comer más productos locales y reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y carne roja, sobre todo de vaca, ya que obtener un kilo demanda más de 15 mil litros de agua; “esto es porque se debe producir también el alimento del animal, para después nosotros comer su carne”.
Tenemos que informarnos del impacto ambiental de nuestras acciones cotidianas y sobre qué podemos hacer para lograr un cambio, finalizó.
FUENTE: GACETA UNAM- Laura Lucía Romero Mireles