“La industria mexicana del tomate ha innovado y respondido a la demanda de los consumidores”

“El acuerdo ha estado proporcionando estabilidad en el mercado”, dice Allison Moore, de la Fresh Produce Association of the Americas (FPAA). “Los precios mínimos, los requisitos para las ventas entre importadores y compradores, así como las exhaustivas inspecciones de calidad benefician a toda la cadena de suministro, desde los productores hasta los exportadores, retailers y consumidores”.
Foto tomada en Wholesum Farms Sonora.
Innovación
Desde la instauración del Acuerdo de Suspensión, la categoría del tomate en Canadá, Estados Unidos y México ha evolucionado debido a un cambio en la demanda de los consumidores. “Desde los tomates redondos y Roma que se cultivaban al aire libre, los productores han invertido en tecnología de invernadero y han comenzado a cultivar otras variedades, como los tomates en rama, los tomates snack y otras especialidades”, señala Moore. “Estos productos innovadores son muy diferentes de los tomates verdes maduros que Florida cultivaba hace 30 años y sigue cultivando hoy en día”, indica. “Los tomates verdes maduros se utilizan predominantemente en la restauración y, aunque tienen espacio en el mercado, son muy diferentes de los tomates de invernadero que se cultivan hoy en México, Canadá y Estados Unidos, y no podrán sustituir al producto de invernadero”.
“En Florida, esa innovación en materia de invernaderos no fue como en México, y deshacerse del Acuerdo de Suspensión del Tomate no cambiaría de repente la demanda de los consumidores”, advierte Moore. Los consumidores seguirán queriendo consumir los productos convenientes y sabrosos a los que están acostumbrados. “El fin del Acuerdo de Suspensión tampoco resolvería los problemas que tiene Florida, incluidos los problemas laborales, la presión de las plagas, la amenaza de huracanes y la pobreza del suelo”.
Tomates NatureSweet.
Aumento de los precios al consumidor
Por el contrario, el fin del acuerdo hará subir el precio que pagan los consumidores. A partir del 14 de julio, es probable que los tomates importados de México estén sujetos a un impuesto del 17,09%. “Aunque el tipo impositivo definitivo se determinará durante la revisión final del Departamento de Comercio”, dice Moore. Esto podría tomar hasta dos años y en caso de un ajuste al alza del arancel, se impondrán cargos adicionales con carácter retroactivo. “La necesidad de un flujo de caja para pasivos financieros desconocidos de aquí a dos años es todo un reto”, afirma. Los márgenes en la agricultura son muy pequeños y los aranceles adicionales serían difíciles de absorber. “Creo que los importadores serán los responsables de pagar los impuestos y tendrán que repercutirlos al consumidor”.
Las consecuencias de la rescisión seguramente tardarían un par de meses en hacerse evidentes. Debido a la producción estadounidense en los meses de verano, y a las altas temperaturas en México, en verano el cultivo de tomates es más lento en México y cruzan menos volúmenes la frontera con EE.UU. “Sin embargo, este próximo otoño, los consumidores estadounidenses tendrán que pagar precios más altos y la oferta será menor, y los consumidores no serán los únicos en llevarse la peor parte, pues las importaciones de tomate de México generan alrededor de 8.500 millones de dólares en impacto económico en Estados Unidos y sustentan 46.000 empleos, por lo que su contribución a la economía estadounidense es considerable”.
Foto: Divine Flavor.
Para más información:
Allison Moore
Fresh Produce Association of the Americas
[email protected]
www.freshfrommexico.com