Las condiciones del tiempo y los precios de las cosechas hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso
El incremento en el costo de los insumos y la necesidad de obtener utilidades orillan a los agricultores a crecer o desaparecer, además que el cultivo de la tierra es una de las actividades económicas más riesgosas en la actualidad, pues factores como las condiciones del tiempo y los precios de las cosechas hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Al comentar sobre el Día del Agricultor que se conmemora este 24 de junio, Rogelio Ortiz Alvarado, quien se dedicó a la agricultura durante diez años y se desempeña ahora como gerente de la Sociedad de Responsabilidad Limitada Conchos, señaló que los labradores enfrentan hoy en día la disyuntiva de crecer en superficie y tecnología o dejar de sembrar la tierra.
La gran característica de un agricultor en esta época, recalcó, es la competitividad con base en la eficiencia, pues muchos productores “se han quedado en el camino” por la falta de estas y otras virtudes como la tenacidad y la paciencia.
Un aspecto importante que permite lograr la competitividad es el crecimiento en el número de hectáreas que un productor pueda cultivar. En este sentido, Rogelio Ortiz estimó que para hacer rentables los distintos cultivos que se establecen en esta zona se requieren, por lo menos, sesenta hectáreas por agricultor, señalando que el promedio en el Distrito de Riego 05 es apenas de diez hectáreas.
“Todos recordamos con nostalgia a aquellos pequeños productores, los pequeños agricultores que había y que sacaban adelante una familia se han ido acabando. Pero cuando hablamos de competitividad y eficiencia, tenemos que hablar de la globalización y finalmente un productor agrícola competitivo tiende a hacer más grande su superficie, el uso de maquinaria más grande cada vez, el uso de todos los dispositivos que se requieren exige una mayor superficie, para que los costos puedan bajar y finalmente obtener una utilidad”, expuso.
Señaló que el agricultor lo es por vocación, y es también una distinción porque no cualquier persona posee el don de arrancarle sus frutos a la tierra.
En estos tiempos modernos, subrayó, la agricultura es una de las actividades más riesgosas que existen, porque es mucha la inversión requerida tan solo en una hectárea. Y una vez que se siembra una superficie, son numerosos los peligros enfrentados por el productor, entre ellos los de índole meteorológica, financiera y del mercado.
Sin embargo, afirmó que la agricultura es una actividad bondadosa y redituable, ya que al menos esta región del estado es próspera en lo económico. La actividad agrícola también ha evolucionado con los años, pues se ha modernizado con la introducción de los adelantos tecnológicos.
“Ya están en otro plano los agricultores; mis respetos para los agricultores de antaño que usaban esa sabiduría heredada de generación en generación, pero ahora aparte de ese conocimiento se requiere el dominio de la tecnología, de los software, del Internet, de todas esas herramientas modernas que están al alcance”, enfatizó.
Las plataformas tecnológicas, dijo, permiten alcanzar resultados que impactan de manera positiva a la agricultura porque proveen de información sobre temas diversos: estadística, logística, genética de semillas, mercados internacionales, agroquímicos, etcétera.
En el caso particular de los productos químicos para el campo, destacó que se ha dado un viraje de lo sintético a lo orgánico, debido a que existe una mayor conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
Fuente: El Heraldo
