Mejoramiento participativo de maíces nativos en Michoacán
Por su importancia alimentaria, su valor cultural y su biodiversidad, el maíz es un cultivo fundamental en México. En Michoacán, los maíces nativos representan una parte esencial de la agricultura tradicional, particularmente en comunidades indígenas como la purépecha, sin embargo, enfrentan desafíos agronómicos que afectan su productividad.
Los maíces nativos poseen características valiosas como adaptabilidad a condiciones locales, diversidad genética y usos culinarios específicos. No obstante, presentan problemas agronómicos como el acame (caída de las plantas), pudrición, ahijamiento y falta de llenado de grano, factores que limitan su rendimiento y, en consecuencia, la seguridad alimentaria de las comunidades que dependen de ellos.
Para abordar esta problemática, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha propuesto un programa de mejoramiento participativo para mejorar las características agronómicas de los maíces nativos sin comprometer su diversidad genética y cultural.
El mejoramiento participativo es un enfoque que involucra a los agricultores en el proceso de selección y mejora de cultivos, reconoce y valora el conocimiento tradicional de las y los productores, integrándolo con técnicas científicas para desarrollar variedades mejoradas que se adapten a las condiciones locales y a las necesidades de las comunidades.
Sobre los maíces nativos de Michoacán, el INIFAP promueve la selección masal visual como una técnica efectiva y de bajo costo, método que consiste en seleccionar las mejores plantas con base en características visibles y deseables, como la resistencia al acame y la calidad del grano; aunque presenta algunas desventajas, su aplicación constante puede resultar en mejoras significativas en el rendimiento.
Implementación y resultados esperados
La propuesta del INIFAP incluye la aplicación de la selección masal visual en colaboración con los productores locales. Se espera que, mediante este método, se logre una ganancia anual en el rendimiento de grano del 3 al 5 % por ciclo de selección. Además, una reducción progresiva del acame, que actualmente supera el 50 % en muchas parcelas.
Para evaluar el avance genético, se recomienda establecer parcelas demostrativas que comparen las semillas originales con las obtenidas en cada ciclo de selección. Esto permitirá observar las mejoras alcanzadas y ajustar los criterios de selección según las necesidades de cada comunidad.
El mejoramiento participativo mejora la productividad agrícola y la diversidad biocultural de los maíces nativos. Al involucrar a las comunidades en el proceso de selección, se fortalece el conocimiento tradicional y se promueve la soberanía alimentaria.
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